No, no os he abandonado, fieles lectores, es que tengo tanto que decir que no sé por dónde empezar y al final termino por no escribir nada. Esta semana ha sido un poco de bajón. Cuando las cosas no salen como planeas todo parece ir mal, aunque no sea del todo así. Sigo manteniendo mis conflictos internos sobre el significado de las palabras y los gestos, a lo que tengo que añadir un cansancio físico y un cansancio mental, que casi es peor. Debería poner mi cabeza en huelga, pero creo que es imposible. El mal tiempo, los conflictos personales, el estrés laboral, el estrés lectivo, los problemas familiares, los problemas técnicos, las obras, incapacidad para resolver inconvenientes caseros. Todo eso se va acumulando. Mi forma de ser, al parecer, lo que hace es mirar un poco para otro lado intentando que no me toque el conflicto. Una forma de escapar de él a base de ignorarlo, pero la verdad es que sigue estando ahí. Dicen algunos que cuando me tope con él de frente, va a ser peor porq...