Los encierros ya no son lo que eran

Se me acabaron mis cortas vacaciones de verano. Hoy he vuelto al tajo. Me he aburrido un montón, y es que me doy cuenta cada día más que yo no puedo estar solo. Sí, estaba con mi padre, pero no es lo mismo, primero porque mi padre ya no es el que era, y segundo porque yo tampoco.
He ido al pueblo sólo para ver los encierros. Realmente los encierros ahora ya no son tan interesantes, sólo duran cinco o diez minutos. Van muy rápido y no hay emoción ni intriga. Antes daban mucho más juego, pero las reglamentaciones de festejos taurinos y las protectoras de animales que no saben más que tocar la moral nos están matando el gusanillo. De los tres encierros de este año, el único interesante fue el del lunes, y no lo pude terminar de ver porque volvía a casa. Córcholis.
Seguro que para el año que viene volveré a ir, porque soy así, pero la verdad es que no he podido hacer muchas de las cosas que quería haber hecho. Y es que si las cosas pueden ir a peor, como diría Murphy, empeorán. Pero no hay que hundirse, total, es algo sin importancia. Además este fin de semana espero recuperar parte de mi "vida frenética" y rancia.

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