La gente de aquí es más fea

Hemos estado en Italia una semana. Sí, todos los años he tomado como costumbre el ir a Italia. Este es el quinto año consecutivo que me ven por allí. Pero es que allí la gente es mejor. Cuando vuelvo al barrio, me da asco lo fea que es la gente de aquí. Yo tengo más clase que ellos, de hecho, podría ser italiano, aunque no sé si tengo la clase suficiente para ser un milanés.

En la Via della Spiga están todas las casas de moda y complementos más importantes de la capital de Lombardía. Realmente tienen mucho gusto y mucha clase. Y ni que decir tiene que las italianas están de rechupete.

Sí, me llamarán sexista por decir lo que pienso, pero me la... no espera, esta frase es de otro, se supone que yo soy algo más original. Bueno, las italianas me superan. Esos grandes senos, esas caras dulces y a la vez perversas, esos peinados imposibles y esa ropa ligera y elegante. Realmente llaman la atención. La verdad es que me llaman la atención todas, de todos los lados, pero la novedad te llama más la atención.

El viernes estuvimos en un tugurio neometalero de música con reminiscencia Hard y Heavy. Podríamos decir que era Rock and Roll lo que ponían ahí, porque oímos desde Led Zeppelin a los Ramones, pasando por Green Day, Nirvana y Iron Maiden. Todo muy variado. Pues había un trío de tres mujeres completas a cual más buena que quitaban el hipo. Eran bellas, hermosas, relucientes. Estaban en un sitio de mala muerte pero llevaban sus mejores galas. Todo ello adornado por unos peinados que hacían la delicia del fetichismo capilar y con unos senos desorbitados que se dejaban entrever a través de unos escotes discretos aunque pronuciados. Unas piernas bien formadas y rellenas que animaban a cabalgar entre sus muslos y una piel blanca, suave y tersa que te pedía ser acariciada por toda la eternidad. En fin, fueron momentos de mucho dolor.

Por lo demás, todo sigue igual.