La mente autolesiona

En la línea habitual de mi pensamiento egocéntrico, sigo sin entender. El remordimiento de conciencia es un estado psíquico consistente en una sensación de malestar general. Tiene reacciones psicosomáticas: Te huele mal el aliento, sientes el estómago revuelto, dolores de cabeza, apatía, tristeza y estás asqueado con todo. Además, una de las principales características, es el nudo en la garganta que te impide tragar y respirar, el sueño y los ojos cargados ¿de ira?.

Pero las consecuencias del remordimiento de conciencia es más difícil de explicar. Sin duda es fruto de algo que no está cerrado, algo que crees que deberías haber hecho y no has querido o podido hacer. Los temas pendientes no benefician a nadie, pero cuando te generan estas sensaciones de malestar se vuelven inaguantables.

Es difícil razonar sobre las razones que llevan a un individuo a no cerrar sus temas pendientes: cobardía, apatía, miedo al fracaso, miedo al rechazo. Son muchos, y todos tienen de alguna manera una justificación, aunque ésta no sea entendida por mucha gente. El remordimiento de conciencia genera un conflicto personal, ya que esa justificación no la entiendes ni tú mismo.

El porqué te quedaste paralizado en esa situación que ahora te remuerde la conciencia es el fundamento básico para comenzar a resolver el problema. Muchas veces es debido a la falta de previsión. Hay situaciones que te caen de repente y no reaccionas, no porque no quieras, sino porque no te da tiempo. Además, puede ocurrir que cuando quieras reaccionar sea ya demasiado tarde o incluso más violento. También hay mucha gente que es fría y calculadora y prefiere tomarse un tiempo para pensar. Eso tampoco todo el mundo lo entiende.

Sí, a veces quedas como la peor persona del mundo cuando ante la exigencia de una reacción rápida te quedas en blanco. Puedes haber sido el blanco de una crítica puntual consecuencia del cuestionamiento de tus actos y exigirte de inmediato una defensa por tu parte. A veces eres incapaz de darla, y no porque no se te ocurran, sino porque sabes que la respuesta más sincera y caliente puede ser peor que la callada.

He conocido casos, la gente no puede reaccionar rápido ante esa exigencia inmediata de justificaciones ante un hecho. Y el tomarse un tiempo para contestar. A mi personalmente me parece una postura inteligente desde el punto de vista de la racionalidad extrema. Aunque es en esos momentos donde surge el remordimiento de conciencia.

A veces ese tiempo para pensar no lo marcas tú, te viene marcado y puede ser más largo de lo que desearías. Entonces los minutos se hacen insoportables, y más cuando ese no es el único problema que te pasa por la mente.

Lo importante es estar convencido de tu postura. Aunque a veces no estés dispuesto a pagar las consecuencias de ella. En ese momento es la hora de pensar en cambiar. O no.