Otro cuento corto

Debido al relativo éxito que tuvo mi primer cuento, me atrevo a publicar este segundo más raro. A ver si gusta.
Lugar: Un recinto vallado por rejas metálicas de alambre. A la entrada hay una placita a la que sigue un foro semicubierto donde hay gradas y un palco con un trono. Sigue la ciudad a la que se llega a un recinto empalizado con una gran explanada. Más allá, los límetes del vallado que no se divisan. Parece ser Lusitania, cerca de Fermoselle. La entrada principal del recinto da a Fermoselle, donde un campo de trigo replantado hace la vez de frontera por detrás de la valla con Lusitania.

Tiempo: Indeterminado. Una época tecnológicamente futurista pero en un entorno social romano.

Personajes:
Señor (Prefecto Romano)
Víctor, Dobel-Panivić (Héroe)
Caudillo local (asesor del prefecto)


Hechos:
Víctor corretea por las calles de Lusitania, el día de la fiesta importante donde se celebran unos encierros. Se va a tomar unas tapas con los colegas, pero antes se acerca a la puerta de Lusitania donde ve a los trabajadores de Fermoselle como plantan el trigo. Nota que estos le miran con desprecio, pero a él le da igual. Cuando pasa por el foro suena el teléfono y Víctor lo coge - Está todo preparado- dice la voz. Víctor responde sin saber de qué habla la voz - ¿cómo?Sí, quién eres – soy Dobel-Panivić... eh, el secretario personal del prefecto. – Ah, muy bien, dile que está todo preparado. Adiós.
Tras la perplejidad inicial, Víctor se va con sus amigos a tomar unas raciones.

Mientras come las raciones se oyen las campanas que llaman a la fiesta y todo el puebo se encamina hasta la explanada, “el prao”, dónde la suelta de ganado celebra el inicio de la vendimia. Todo va bien hasta que el corral se rompe y unos 25 ó 30 reses empiezan a embestir a todo lo que se encuentran por su camino. Víctor, en el centro de la explanada, trata de huir, y aunque está cerca de ser alcanzado varias veces, consigue atravesar la empalizada.


En unos momentos no se sabe lo que pasa la siguiente escena es Víctor yendo a la puerta.

A víctor le extraña no ver a nadie trabajando en Fermoselle, pero parece que ya han terminado de plantar el trigo. Sin embargo se oyen ruidos de reses al otro lado. Al mismo tiempo se oye la gente que se acumula en el foro.

Esta todo alborotado, la gente acusa al caudillo local, un hombre con barba y con una túnica. Al parecer el pueblo dice que ha sido él el responsable de la fuga de las reses de su corral y, por lo tanto, de todo lo sucedido. Está sufriendo un duro acoso mientras el prefecto se lava las manos y sigue la escena a la distancia.

El caudillo local hace un gesto de cortarse las barbas con unas tijeras, Víctor mira para otro lado pensando que la escena puede acabar de manera más dramática, pero tras cortarle las barbas, desnudarle y cortarle todo el vello corporal, parece que queda saldada la deuda. Sin embargo parece que no está claro. Víctor se da cuenta que uno de los brazos de la lámpara que hay encima y que da luz al semicubierto foro se balancea de manera extraña. Víctor alza el brazo y lo para. Pero después sigue moviéndose. Se da cuenta de que encima del brazo de la lámpara hay una moneda de oro que es la que provoca que el movimiento del brazo. El brazo apunta claramente al centro del foro. Víctor pregunta a la lámpara que si apunta al centro, a lo que la moneda hace un movimiento de afirmación. En el centro del foro hay un mosaico y apunta a él, a lo que la moneda hace el mismo gesto de afirmación. El pueblo reunido en el foro se aproxima al centro al darse cuenta de lo que está sucediendo mientras que los dirigentes de la aldea Lusitana se colocan en su trono. Mientras, Víctor sigue conversando con la moneda.
- ¿Tengo que dirigirme al centro? – No – Víctor se da cuenta de que hay irregularidades en las teselas del mosaico y le pregunta a la moneda que sí tiene que fijarse en ellas, la moneda le dice que sí. Va hacia ellas y se da cuenta que la del centro está más hundida. La presiona y se abre como un tablero con formas redondas, triangulares y cuadradas en su interior. La gente se queda asombrada. Víctor pregunta a la moneda si tiene que buscar una combinación, y ésta le dice que sí. Se oye una voz que dice B 32. Pero el mosaico es demasiado irregular y complicado como para hacer caso a la señal, Víctor sabe que podrá descifrarlo intuitivamente. Y pulsa un cuadrado y un círculo. La moneda dice sí. Pero después pulsa otro círculo y la moneda dice que no, a lo que Victor vuelve a pulsar el círculo para deshacer lo hecho. Lográndolo. En este punto Víctor ve que puede ser peligroso, así que pide al pueblo que se eche a las gradas y que deje espacio para una posible evacuación rápida.

Toca otra tesela y de repente aparece una pantalla con una cuenta atrás de 100 segundos, la gente se asusta y Víctor huye hacia la grada, allí se para da la vuelta y mira que quedan 93, se acerca e introduce una nueva combinación. La cuenta atrás se para y aparece un número de 9 dígitos. Víctor coge el teléfono del foro y marca el número, cogiéndolo un señor:
¿Señor? – ¿Quién es? – ¿Dobel-Panivic? – eh, sí, soy yo, esto. Sí, esta es una llamada que le hago en nombre del prefecto como su secretario personal. El Prefecto está en el trono del foro, y le pide que se ponga. - El prefecto, descuelga su teléfono y…
つづく...

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