Cuento pastelón

Supongamos un monólogo de una persona, un día cualquiera, en un espacio de tiempo sin importancia.
Hoy estoy especialmente eufórico, hoy he soñado que me enamoraba. No que participaba en una orgía, no, que me enamoraba de una chica de Majadahonda de padres gallegos y que tenía un amigo negro y muchos niños de dos años tocaban y cantaban flamenco. Era un sueño muy bonito.
Era una chica muy mona, estudiante de Economía de 21 años. Estuve una tarde entera abrazándome a ella, acercándome a su cara, acariciándonos sin más. Y acompañados de su amigo negro y de otra amiga y un colega macarra que tenían. No, no hablábamos de economía, sólo sabía que estudiaba economía porque en un momento mencionamos que yo me fije en ella en la facultad cuando ella empezó y yo terminé.
Íbamos por aquí y por allá, por una Majadahonda irreal (porque yo no conozco Majadahonda tanto) y yo insistía en que tuviésemos una relación sentimental, y ella decía que no quería estar con alguien que no fuera de Majadahonda porque estaba muy lejos del resto, y yo le decía que paso mi vida en Majadahonda porque casi todos mis amigos viven allí y paseamos por una calle de Majadahonda, y por el metro de Majadahonda, y por los parques de Majadahonda, los cinco, pero yo siempre pegado de ella (nunca nos dijimos nuestro nombre).
Ella y yo nos fuimos a un fonicular o teleférico con gente que iba entrando, y había un macarra que se metió conmigo, e hice un gesto de partirle los piños. Pero ella me dijo, no, quédate conmigo. Y me dijo: "trátalo bien"; e hizo bromas con él, y le vacilamos, y al final también se hizo amigo nuestro.
Por una calle había una guardería donde todos los niños estaban tocando sevillanas o flamenco o algo así y me quedé mirándolos maravillado, cosa que a ella le enterneció. Y me hice amigo del negro, y hacíamos chistes de negros e intentaba pedirle el teléfono a la chica esta pero, aunque yo le gustaba a pesar de mi aspecto, había algo que le impedía entregarse a mi (sentimentalmente, nada guarro).
Entonces me dijeron que esa noche eran las fiestas de Majadahoda y que íbamos a estar todos allí, así que quedamos para la noche y me fui a casa. En casa me vi en la tele, con mi padre al lado, porque había una cámara dentro de la guardería. Salí en la tele junto a los niños que todavía no sabían hablar pero ya tocaban el cajón y la guitarra.
Volví a Majadahonda y estaba el negro con su hermana, y le dije que dónde estaba ella, y me dijo que no sabía. Y la busqué por la pista de baile, cada vez que veía una chica rubia pensaba que era ella, pero me acercaba y no era, y no sólo eso, huían de mi. Entonces el amigo macarra me contó lo de que sus padres eran del BNG y me dice que su padre del BNG ha acordado que ella se case con un militante del PNV, porque ellos se llevan bien. Y yo dije: "Dios, con uno del PNV, si ellos no son de izquierdas". Y busqué a su padre, y le encontré y le expresé mis deseos en perfecto gallego y demostrando mis buenas intenciones para con ella.
Y ahí se acabó el sueño, no sé si aparecí muerto en una ría de Pontevedra o nos amamos eternamente. Yo quiero creer lo segundo.
つづく...

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