El regusto amargo de la vida

Ayer por la noche me cargué de optimismo, algo raro en mí. La verdad es que estaba empapado de lágrimas y con los sentimientos totalmente rasgados tras un par de conversaciones que me dejaron aflorar todo lo que llevaba ahí guardado y que necesitaba sacar.

Tras ello pensé que ya tenía claro lo que quería y que podría conseguirlo. Sí, quizá no tenga el final deseado, pero es el camino, y ya lo sé. Y eso me llenó de positividad.

Yo estoy convencido de que todo saldrá bien, así que no hay nada más que hablar. Con el tiempo revisaré esta entrada y veré qué quedó de aquello, ya que mi vida cambia demasiado deprisa. Y eso que yo quiero llevarla despacito. La vida tomada a sorbitos es mucho mejor y se saborea más, aunque a veces deje regusto amargo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Sisisisi... toda la razón del mundo. Poco a poco sorbo a sorbo y por supuesto saboreando.

Cleo

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo