Viaje a Budapest

Los últimos días me lo he pasado bastante bien. He estado de vacaciones, aunque casi he llegado más cansado de lo que me fui. He hecho cosas interesantes, he trasnochado, he visitado monumentos y hablado, bebido y comido y casi todo lo que se puede pedir a unas vacaciones. La verdad es que ha estado muy bien.

También ha habido momentos conflictivos y algo desagradables, pero han sido superados con creces por los momentos agradables. Así que prefiero hablar de estos últimos porque para qué hablar de otra cosa.

El lunes pasado cogimos el avión con retraso a Budapest, donde llegamos y tomamos unas bebidas para irnos después a la cama. El día siguiente era de paseito pero sin forzar. Paseamos por el Parlamento Húngaro y fuimos a una placia donde hay un monumento dedicado a los soldados soviéticos eslavos que murieron para liberar Hungría del régimen de los Flechas Cruzadas. Allí paramos a tomar unas limonadas y unas cervezas. Después continuamos por la orilla del río hasta que llegamos a una calle principal que nos situaba en la Basílica de San Esteban. Vimos la basílica y comimos en un restaurante italiano donde tardaron muchísimo en servirnos. Por lo menos, la comida era buena.

Tras la copiosa comida continuamos el paseo y nos fuimos acercando hasta el hotel, que estaba situado cerquita del Puente Margarita. Allí descansamos un ratito y nos fuimos a tomar algo a una terracita hasta la hora de cenar. Tras la cena, fiesteamos un poquito en un local de la zona que gustó mucho a los presentes.

El miércoles empezó con un viaje en metro hasta una zona cercana al río. Estuvimos andando un ratillo, vimos un mercado y la Sinagoga. Tras esto nos dispusimos a comer, esta vez en una terraza de un bar que estaba especializado en comidas húngaras típicas y, no sé la razón, en bocadillos y platos con nombres con referencias escandinavas.

Tras eso continuamos paseando por la zona, llegamos a la Ópera, que vimos por fuera y el Museo del Terror. Fue interesante, ya que se trataba de una exposición sobre los crímenes cometidos en Hungría por los Flechas Cruzadas y por los Estalinistas. Tras ello volvimos al hotel y a cenar a una terraza. Como no, por la noche volvimos a fiestear.

El jueves ya empezaba a acumular cansancio, pero había que ir a Buda. Fuimos en tranvía hasta el puente de las Cadenas, el cual cruzamos y subimos hasta el Palacio de Buda, que estaba invadido por un mercado tradicional de folclore, pero había que pagar. Fuimos al Bastión de los Pescadores y a la Iglesia de San Matías. Todo bastante bonito. Después paseamos un poco más por el recinto y fuimos a comer. Tras comer, el día que mejor comimos sin duda, subimos al Monte Géllert, donde vimos la Ciudadella y un búnker donde había una exposición acerca de las torturas llevadas a cabo por los nazis y los estalinistas en Hungría. Bajamos el monte andando hasta los pies del Hotel Géllert, con su famoso balneario. Y desde allí tomamos caminito hasta el hotel. Para descansar un poquito. Después surgió la idea de hacer un crucero por el Danubio, pero el Danubio estaba cortado porque al día siguiente era la fiesta nacional de Hungría y había fuegos artificiales. Así que en vez de eso, fuimos a cenar a un bar y de allí fuimos a la zona del hotel, donde nos tomamos unas cervecillas y/o limonadas. No nos fuimos muy tarde a la cama.

El viernes fuimos a la isla Margarita y dimos un paseito por la mañana. De ahí fuimos a un local llamado Marxim, ambientado con propaganda soviética y especializado en pizzas. No estuvo muy mal. Nos dirigimos a descansar al hotel, donde estuvimos descansando hasta la hora de los fuegos artificiales.

Como había tiempo, fuimos a la sauna, pero no me sentó muy allá y me empezó a doler la cabeza, así que me fui a la cama. Me desperté justo para ir a los fuegos. Compramos bebida y estuvimos ahí viendo los fuegos y bebimos algo. Compramos en un McDonalds y cenamos en la calle. De ahí nos dirigimos a la zona de San Esteban, y fuimos a un local de Rock and Roll. Después a un bar cercano al hotel para terminar en el Morrison, el local al que fuimos el martes y el miércoles.

A las cuatro y pico de la mañana nos echaron de allí pero ya no había nada abierto que no fuese muy sórdido. Así que paseamos por las calles de Budapest hasta que la gente empezó a desperezarse tras su día nacional. Entonces nos fuimos al bar del hotel y después a desayunar. Nos fuimos a la cama a las 9 y media. Buena hora.

Me desperté para comer, y comimos cerca del hotel. De allí fuimos a la Plaza de los Héroes y al Parque anejo. Todo correcto, pero ya había mucho sueño, así que sólo quedaron ganas de cenar, por cierto, malamente, y de volverse a la cama.

Sólo quedaba un día completo en Budapest, así que madrugamos y fuimos al Parlamento para verlo por dentro. Después fuimos a organizar el tema del crucero que no pudimos hacer el jueves y después a comer a un restaurante ambientado de manera medieval con motivos de la materia artúrica. No estuvo mal pero no era tampoco para tanto.

De allí fuimos a un balneario, que dicen que es algo típico de Budapest donde estuvimos dos horas en remojo. Yo acabé agotado, pero bien.

Así que nada, volvimos al hotel, nos duchamos y cenamos rapidito porque teníamos el crucero. El crucero fue muy bonito. Las luces de Budapest, la brisa, todo muy bien. Tras el crucero decidimos ver la marcha de Budapest un domingo por la noche, y la verdad, es que no había mucha. Así que tras cerrar un par de locales, nos piramos a la cama.

Al día siguiente teníamos las horas justas para hacer un par de compras, comer e ir al aeropuerto.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me has traido souvenir?

:)

Cleo
Victorino Blanco ha dicho que…
Je, je, je. La verdad es que no... vaya ¡Qué fallo!

No sé, además habría un problema de cómo entregarte un souvenir de Budapest.

Pensaré en algo para mi próximo viaje, seguro que algo puedo hacer.

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