Obsesión

El tiempo debe pasar y tengo que asumir lo que me ha pasado esta semana con calma. No es la primera vez que me precipito en mis conclusiones y luego me arrepiento, creo que esta vez será igual, o eso espero.

Decía la canción, como entender, cómo aceptar, que lo bueno siempre tiene un final. Y es que es así, y además el final nunca es el deseado, siempre suele ser un final precipitado y absurdo y contrario a lo que esperabas.

Esta es la situación. Pero ¿qué ha acabado? Nada. Esa es la conclusión a la que he llegado, por mucho que piense qué me ha pasado esta semana no sé lo que ha pasado. Y lo mejor que puedo hacer es ni siquiera pensarlo. Las cosas ya están claras, es lo que hay, no hay que pensar en el "y si". No hay "y si". Todo es más sencillo, hay que actuar con normalidad.

Esto que es muy fácil de decir es muy difícil de hacer, pero tengo la solución, sólo tengo que aplicarla. Y la mejor forma de aplicarla es no hacer nada, vivir mi vida y, simplemente, dejarme llevar.

Sé que últimamente estoy dejando mucho que desear como persona, como amigo y, sobre todo, como profesional. Estoy haciendo mal mi trabajo, cuando lo hago, y estoy dejándome caer en una derrota sin fin. No sé en quién apoyarme, mis amigos están aburridos de mí, y los que más me escuchan últimamente no deben conocer mi situación porque les afectaría gravemente.

Es algo asqueroso, lo único que sé es que no quiero estar en casa, pero fuera de casa, qué hago, también pienso. Es lo que hay. Ahora pienso en algunas cosas que he escrito en el pasado y siempre al final, me doy cuenta de que la historia se repite, pero de manera diferente.

Todo esto que escribo lo hago ahora, en este momento y con los sentimientos que tengo actualmente, y es posible que mañana vea las cosas de otra forma, igual que las veía diferentes hace tres horas y hace seis. Es lo malo de esta situación, que recibo demasiada información y no soy capaz de escucharme a mí, lo que quiero y pienso. Y no me escucho a mí porque yo no pinto nada en esta situación y porque me quedo sólo con algunos estractos de esa información.

Dicen que la información es poder, pero también eres consciente de que cuanta más información dispones, más sabes que te falta mucha otra información. Y eso te hace dudar, mucho.

Al final creo que se reduce a una frase que me dijo una vez un amigo, y es que soy incapaz de ver que la gente sea feliz sin mí. Por eso considero que soy el más egoista del mundo. Pero por otro lado, me doy cuenta que necesito que esa gente que tiene que ser feliz conmigo, esté conmigo, si no no soy feliz, y eso, también es positivo, pero me hace daño.

Ayer le pregunté a alguien que si tenía amigos de verdad, yo creyéndome poseedor de este don, y me doy cuenta que yo tampoco lo sé. Creo que sí, pero no sé, qué es un amigo, para que sirve. Digo esto para que se note el grado de caída libre que estoy viviendo. No sólo me planteo mi propia existencia y la relevancia de mi vida y su papel en ella, sino que me planteo toda mi forma de subsistencia, mis principios, mis valores y mis prioridades.

¿Me estarán utilizando? ¿La gente que se me acerca lo hace por interés y le importa poco mi persona? Y lo que es peor ¿yo soy así?

Realmente no tengo respuesta a nada. A medida que voy escribiendo este articulillo, voy abriendo más y más puertas, y es que me he reprimido durante meses, he estado pensando que todo puede ir a mejor y me he hartado del positivismo. Ahora no hay nada positivo. Todo es un fraude y no me queda nada por lo que luchar.

Sí, me mantendré vivo, seguiré adelante por si acaso hay ahí alguien a que le importe. Porque también he vivido lo que sufre la gente cuando pierde un ser querido. Y también sé que hay gente que no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero no me importaría recibir un poco más de cariño. Y es que es eso, me hace falta más cariño. Y no porque no lo reciba y que necesite algo diferente, no, es que yo soy así, yo necesito que me digan lo que hago bien, que la gente que me valore.

Hay gente que se mueve por otras causas, y no lo necesita, pero yo sí. Yo necesito que me digan que me quieren, si es verdad claro, lo que gusta de mí. E incluso lo que disgusta, porque también puedo cambiar. Pero no me gusta que me hagan el vacío, no me gusta las formalidades.