Todo volverá a su cauce...

Llevo unos días sin escribir. Supongo que es porque no sé qué contar. Así que voy a hacer un breve repaso a lo que me ha ocurrido durante los últimos días.

Después de que perdiese el contacto con un ser querido por motivos externos a ambos, entré en una pena muy grande. Casi podría decir que estuve al borde de la depresión. Sólo la esperanza de que esta situación acabará me tiraba hacia adelante. Y sé que acabará, lo que no sé es cuándo, y eso me agobia un poco, pero hay que seguir adelante.

Al día siguiente de que todo lo malo brotara de mí. Decidí vivir lo mejor posible ante la espera. Y bueno, el sábado recibí noticias buenas de esa persona, no he vuelto a recibir noticias, pero bueno, supongo que será difícil la comunicación en estas circunstancias. Por lo menos hasta que vuelva de su viaje, ya sólo faltan cuatro días. Después, el tiempo dirá.

Pero cuando ya me tranquilizaba, ayer, abrieron el coche de mi padre. Rompieron un cristal y lo revolvieron todo. Tuve muy mal cuerpo, y volví a echar de menos el tener un hombro en el que llorar. No es que no tenga, pero en fin, cada cual tiene su papel.

Y así estoy hoy, con las cosas más calmadas y esperando a que todo vuelva a su cauce, que volverá. O eso espero.

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