Tengo algunos frentes abiertos

Por una parte, parece que he cambiado. Lógico. Yo no engaño a nadie. La gente en realidad no creo que cambie, simplemente madura, evoluciona, se adapta.

Tengo la convicción de que la gente actuaría igual ante un mismo hecho siempre. Se dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Ete dicho popular quiere decir eso, que las personas no cambian. Esto no quiere decir que realmente tropiece con la misma piedra dos veces, es decir, que viendo que una vez ha hecho algo mal vuelva a presentársele la misma situación y vuelva a fastidarla. Creo que no, lo que, en mi opinión, quiere decir, es que una persona siempre va a tener unos valores y principios más o menos inalterables y ante la misma situación, actuará igual, eso sí, si antes le salió mal, tratará de que no le salga mal. El sentido del refrán está más en la incapacidad de aprender.

Por eso me sorprende que la gente piense que las personas pueden cambiar. Y vuelvo al principio del artículo, la gente evoluciona, aprende, madura, matiza sus opiniones, pero cambiar, cambia muy poquito. Yo he cambiado, sí, pero ha cambiado mi situación y mi nueva situación me obliga a hacer cambios, pero yo soy el mismo.

Pero esto que vale para mí, vale para todos. Recientemente tuve una conversación en la que llegamos a la conclusión de que un conocido es el mismo y siempre actuó igual, desde que le conocemos. Y no cambia, y no va a cambiar, nuestra personalidad es inalterable.

Bueno, el caso es que todas estas cosas me provoca discrepancias con la gente que me rodea. Yo lo que no quiero es que se enfaden conmigo, pero es que yo siempre he sido así, voluble e inestable, va conmigo, no sé por qué se extraña la gente.

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