Física y Metafísica

Normalmente me gusta tirar del diccionario para expresar lo que siento o pienso de las cosas, pero hoy no lo voy a hacer porque me gustaría tocar un tema muy íntimo y personal. Se trata de la relación etre la fe y la muerte.

Cosmogonía:
Para mí es evidente que hay una diferenciación clara entre lo físico y lo metafísico. Lo físico es aquello que vemos realmente y que está sometido a unas leyes universales, que se puede estudiar e incluso hacer análisis sobre ello de una manera objetiva. La Física es una ciencia bastante precisa e intuitiva y se puede racionalizar su estudio con la experimentación y la observación.

La metafísica, por el contrario, necesita de la fe para su observación. No discurre por leyes universales, por lo menos conocidas, ni su análisis permite investigar nada ni sacar deducciones precisas sobre nada. Por ello el estudio metafísico requiere del planteamiento de ideas y teorías que no se pueden probar y que sólo podemos compartir o rechazar de acuerdo con nuestras propias sensaciones. Es decir, la fe y no la experimentación es la que pone a prueba la metafísica.

Si tienes fe en la existencia de lo metafísico, te planteas el origen de las cosas desde otro punto de vista. La consideración de que sólo hay materia en el universo, que la dicotomía entre la nada y el todo es la única realidad, supone un acto de fe casi tan grande como el creer que hay una dicotomía entre lo material y lo espiritual, lo físico y lo metafísico.

Del estudio de las diversas teorías cosmogónicas que han realizado los filósofos y teólogos a lo largo de la historia del pensamiento humano, me he quedado con aquello que me ha parecido más plausible según mi fe. Obviamente, el creerse con una capacidad tal como para poder atribuirse la iluminación espiritual suficiente como para extraer la relación entre lo físico y lo metafísico en la vida de una sola persona, es muy pretencioso, por eso es útil el conocimiento acumulado de las diferentes personas que han dado vueltas alrededor del tema y, de ahí, sacar propias conclusiones.

De todos estos pensamientos que se han ido exponiendo tras siglos de pensamiento, me he quedado con una teoría que habla de que la parte espiritual de las personas, fue creada por un ente primigenio que no fue creado. Es decir, la espiritualidad del universo nace de una fuente de energía no creada que permanece fuera de las leyes físicas, del espacio y del tiempo.

La divinidad:
Es difícil poner un nombre a esa fuente de energía generadora de la espiritualidad, pero por qué no llamarla Dios, si así la han llamado todos nuestros ancestros. La idea de Dios está grabada en la mente de todos los humanos, es un conocimiento arquetípico que se ha manifestado en todas las civilizaciones.

Dios no es creado y está más allá de la física, es un concepto teológico y espiritual. La relación entre lo físico y lo metafísico es difícil de trazar, pero debe existir. Para ello es preciso crear una cronología de los actos de Dios y su legado en la humanidad.

Relación entre Dios y el Hombre:
Un humanista como yo cree en el hombre como ser fundamental del universo. Esto es así porque tiene capacidad de conocimiento de su propia existencia y, en mi opinión, esto es debido a una parte espiritual que reside en los hombres. Habría que trazar una cronología de los hechos.

Al principio, habría sólo energía espiritual: Dios. La materia y lo físico fue creado a partir de esa materia y se fue transformando con el tiempo. Esa transformación temporal, a nuestros ojos pero atemporal ante los ojos de la fe, terminó con otorgar la consciencia de su propia existencia al ser humano y otorgarle la capacidad de obrar en consecuencia, aceptando su origen divino o rechazarlo para intentar él mismo sustituir a su fuente creadora.

El libre albedrío, la capacidad del ser humano para discernir entre el bien y el mal, es fundamental para mí. Si creyese que la gente es mala o buena desde el momento de que nace, que no es capaz de pensarlo, que no es consciente de sus obras y de lo que afectan sus actos a los terceros, no podría creer en la educación, en la convivencia y en la civilización en sí. La Democracia carecería de sentido y necesitaríamos ser pastoreados como un rebaño indefenso que es incapaz de defenderse de sí mismo.

Nuestra relación con Dios radica en intentar volver a él, devolverle lo que nos ha otorgado correspondiendo su amor por entregarnos la conciencia y el libre albedrío con agradecimiento y cariño. Pero ese agradecimiento tiene que ser real y profundo, no tiene que ser fruto del miedo ni del temor, ni esperar nada a cambio por él. Nuestra relación con Dios es más fuerte.

Dios, como todo el mundo, necesita sentirse querido, por eso nos otorgó el don de amar y de tener consciencia de ello. Pero no quiere que ese amor sea, como he mencionado, coaccionado, quiere que sea profundo y sincero. Por eso no pensemos que lo físico nos lo da y nos lo quita Dios. No, las interrelaciones entre los diferentes elementos del universo no tienen un designio Divino, Dios es espiritual, no material. Los corporeo nos aleja de Dios, la física nos separa de nuestra parte espiritual.

Sé que es difícil de comprender y que también lo es de compartir. Pero más o menos este es un resumen de lo que yo creo que es la relación de Dios y el Hombre. Y por ello nunca podemos pensar que lo que nos ocurre o lo que le ocurre a la gente que amamos sea culpa de Dios. Dios debe ser nuestra fuerza que nos ayude a seguir viviendo en un mundo donde, por desgracia, hay demasiadas fuentes de infelicidad. O eso opino.

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