La amistad necesita cuidados

Llevaba unos días sin escribir, sin duda era por la falta de preocupaciones. Hoy he vuelto, esto es síntoma claro de que tengo que ordenar mis ideas. Y es que no escribo por escribir, escribo para encontrar algo. Supongo que ese algo es una respuesta, una solución a todo lo que pienso.

Hace mucho tiempo - bueno, quizá no tanto - que quedó claro que no había que pensar, pero es difícil cambiar de forma de ser. Así que creo que pensaré y pensaré. Lo importante es no dejarte agobiar por los pensamientos.

Hace unos días tuve una revelación. No hay que pensar raro, no encontré una inspiración divina. Simplemente una persona me dijo una cosa que me ha permitido atar una serie de cabos sueltos en los conflictos personales de mi vida. Y no sé qué hacer ni cómo tomármelo.

Voy a intentar desarrollar lo acontecido:

Una persona ha estado hablando mal sobre mí. Ha dicho cosas falsas sobre mi personalidad y ha exagerado algunas de mis conductas haciendo un pequeño defecto como el que puede tener cualquiera en mi principal característica. Esto en sí, no me importaría si no fuera porque hay gente que le ha creído, y eso me ha decepcionado muchísimo.

Este hecho es algo que tenía claro, pero el otro día me fue confirmado de manera involuntaria. Y el problema no es que gente que conozco hace no demasiado tiempo haga caso a ese tipo de comentarios, incluso viendo en mí intenciones que no existen y exluyéndome durante varios meses de la vida social del grupo. No, el problema es que le hagan caso personas que me conocen desde hace muchísimos años.

Ahora está todo claro. Yo sé lo que ha pasado pero no sé qué hacer con esa información. Supongo que la venganza es un plato que se sirve frío y todas esas cosas que se dicen. Pero a mí me gustaría que me perdonaran un error de ese tipo. Así que haré lo propio.

Supongo que tendré que ir aleccionando o cómo se diga a esta gente hasta convencerles de que yo no soy realmente así. Me va a costar, pero lo tengo que demostrar. Supongo que tendré que ser paciente.

Me ha surgido la posibilidad de empezar de cero como consecuencia de un desgraciado incidente, tendré que aprovechar esa oportunidad y volver a fortalecer el árbol de la amistad, quitando las ramas podridas y dejando germinar nuevos frutos. Es lo que haría un buen cristiano.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo