Sólo dos palabras

Esta mañana he ido al juzgado. Mi accidente con el coche tuvo consecuencias legales. Espero que se queden ahí. Yo pensé que iba a ser un juicio, pero resulta que he tenido que aportar unos papeles, y el juicio, de serlo, será otro día.

La verdad es que no sé por qué me molestan con estas cosas. Antes de meterte en estos embrollos tendrían que ver qué carajo pasó. Supongo que querrán enmarronarme y así el seguro lavarse las manos. Diré que fue un despiste, que iba a una velocidad adecuada y ya. Y más o menos fue así. Iba despistado porque tuve un mal día. Y ya está, no hay que darle más vueltas. Tendré que estar más atento, pero no iba como un loco ni hablando por teléfono ni nada por el estilo. Tampoco había bebido.

Son días que estás mal.

Hoy es un día diferente. Estoy cansado y la visita al juzgado no me ha gustado, pero en mi buzón de entrada he recibido un correo de apoyo muy bonito. Y se han dicho dos palabras que juntas son muy importantes. Me reservo cuáles son, pero por cosas como estas merece la pena vivir.

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