Predicciones

El que tenía que haber sido uno de los días más felices de mi vida, se ha convertido en un día raro. He psasado de una gran satisfacción personal a un estado de, como decirlo, confusión, en apenas 24 horas.

No puedo dar muchos detalles de lo que aconteció ayer por la tarde, pero ahora estoy un poco desanimado.

Hacía ya unos días que sabía que esto iba a ocurrir, pero no sabía que iba a desatarse de una manera negativa. Sin duda la forma de acontecer los hechos ha originado ese problema y no el acontecimiento en sí. Eso lo tengo muy claro.

Me siento muy responsable ya que yo ya sabía que esto podía ocurrir y no hice nada para intentar conseguir que el acontecimiento siguiese unos derroteros más satisfactorios para todas las partes. Digamos que por un momento volví a solo pensar en mí de manera egoista y sin tener en cuenta las posibles consecuencias.

Sin duda alguna ha sido un error, pero tampoco creo que haya sido tan grave. Ha podido ser grave pero no lo ha sido.

Por ejemplo, el otro día tuve un accidente con el coche. Aquí caben dos opciones, o dejo que el miedo me amilane y no vuelvo a conducir más, o asumo mis errores e intento que no me vuelva a pasar de esa manera. Es decir, creo que no debo dejar de conducir, lo que debo hacer es fijarme más y estar más atento para disminuir, en todo lo que sea posible, el riesgo de sufrir un nuevo accidente.

Voy a enunciar un consejo muy sabio. Estas cosas son avisos. Advertencias que nos dicen que por ahí estamos haciendo algo de la manera inadecuada. Pero no nos dicen que lo que estamos haciendo esté mal, sólo que lo que hacemos lo tenemos que hacer de otra manera, más segura y con menos posibilidades de sufrir accidentes. Por eso debo volver a coger mi coche, pero tengo que cambiar ciertas formas de hacerlo, estar mucho más atento, no mirar el teléfono y, sobre todo, saber que hay días que no puedo coger el coche porque no estoy del todo centrado.

El asumir estas limitaciones no me hace más débil. Todo lo contrario, hará que los momentos en que pueda disfrutar de mi coche o de cualquier cosa que me preocupe, sean mucho más satisfactorios y, además, me evitará digustos como el del otro día o el de ayer.

Sigo estando confundido a pesar de haber escrito toda esta parrafada, pero por lo menos creo que tengo las ideas más caras y sé que tampoco la he fastidiado tanto. Eso sí, tanto ayer como el día del accidente, pudieron tener consecuencias desastrosas. Lo que tengo que hacer es ver lo positivo, y reconocer mis errores y aprender de ellos. Por suerte no han sido negativos y podré volver de nuevo a la actividad. Sólo espero haber aprendido lo suficiente para que, la próxima vez que me enfrente a estas situaciones de riesgo, como coger un coche, haya pensado bien todos los riesgos de hacerlo y los haya minimizado hasta que sólo quede la parte satisfactoria.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Como planteamiento es cojonudo. Ahora hay que hacerlo.

:)

Cleo

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo