Las anécdotas sobre los hombros

Hacía mucho que no contaba una anécdota y ya va siendo hora. Lo que pasa es que no se me ocurre ninguna buena. Recuerdo un tiempo en el que contar anécdotas sobre los colegas o sobre mi mismo era muy apreciado entre mi público. Nos sentamos en torno a alguna bebida asquerosa en corro y empezábamos a comentar lo acontecido en tiempos pretéritos con gracejo y buen humor.

Ahora ya sólo cuanto la anécdota de cuando se me salió el hombro 13 de veces después de una patada jugando al fútbol en la que no me pude apoyar con la mano y estrellé mi cara contra el suelo. O cuando se me salió el hombro estornudando. O cuando se me salió el hombro jugando al baloncesto. O cuando se me salió el hombro estando nadando en la piscina. Y aquella vez que se me salió un hombro desperezándome en la cama y, del gesto de dolor se me salió el otro hombro teniendo los dos hombros fuera de su sitio y casi perdiendo el conocimiento del dolor.

Momentos muy divertidos sí. No sé, a lo mejor debería contar más detalladamente estos acontecimientos pero es que no me apetece demasiado. A día de hoy, ya no recuerdo la última vez que se me salío el hombro. Aunque creo que fue en Majadahonda en un partido de la liga municipal de baloncesto, pero fue hace mucho mucho tiempo. Puede que en 2006, y ya ha llovido desde entonces. Bueno no mucho por la sequía, pero en una época normal habría llovido mucho.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo