El rechazo

No actúo por miedo al rechazo. Eso es evidente. Quizá hubo un tiempo en que lo negué, pero lo cierto es que ahora sé que lo hago, me amedranto. Supongo que es fácil decir que hay que ser valiente y vencer ese miedo.

Siempre que te enfrentas a una situación similar surge el tema de que si tienes algo que perder. En mi caso sí tengo algo que perder, o más bien no lo sé. La incertidumbre me hace daño y la resolución de la incertidumbre en el pasado también me lo ha hecho, mentalmente. Puede que resuelva mi conflicto pero como resultado dañe mi mente. Aunque lo cierto es que ahora también la estoy dañando.

Tengo que actuar, pero cómo. No lo sé, a ver si encuentro un resquicio para hacerlo. Lo peor de todo es que planifico tantas situaciones y simulaciones de cómo resolver la situación que me agobio, y lo peor es que nunca surge de la manera planificada, por esa razón creo que me amilano aún más.

Es asqueroso. ¿El sábado quizá? Ya lo contaré. Seguimos en contacto.

XOXO.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es que las situaciones ni se deben simular ni se deben planificar simplemente porque nunca se sabe como se van a suceder. Hay que afrontarlas cuando se tienen delante y actuar de la forma que en dicho momento se crea conveniente. Así es seguro que nunca te defraudarás. Ación-reacción.
Saludos.
Cleo
Victorino Blanco ha dicho que…
También es difícil cambiar la forma de vivir la vida.
Anónimo ha dicho que…
No se trata de eso. Es solamente cambiar las cosas que no nos funcionan. Lo que funciona no se toca.
:)

Cleo

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