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Mostrando entradas de septiembre, 2006

Acuérdate de dónde aparcaste el coche.

Todo empezó una noche como otra cualquiera. Parece ser que era fin de semana, pues habíamos quedado los colegas para salir por ahí. Era raro, pero había muchos colegas. Nos metimos en un bar y estuvimos toda la noche allí. Allí conocimos a Iva, pero se enganchó mucho a Javier y David. Armando hizo gracias. La noche pasaba y yo no me enteraba. Tres horas desaparecieron de mi vida. entre las 3 y las 6 de la mañana no sé que fue de mi vida, no sé dónde estaba. Fue como si el tiempo hubiese avanzado sin darme cuenta. Lo suficiente como para no enterarme de qué había pasado en la noche, por qué yo estaba sólo y por qué nadie me comprendía. Al terminar la ronda de garitos y tugurios íbamos por la calle, cerca de la calle Alcalá. Iva se había quedado con David y Javier y les había perdido de vista. Gonzalo me dijo que por qué les buscaba, ellos iban a su bola. Yo quería pasar por la tienda de numismática, en el escaparate ponen los precios de monedas antiguas y nos habíamos encontrado una d

Prffs mentales de la mañana

Esta mañana he tenido una reflexión de ducha. Se trata de esas profundas ideas que cambiarían el mundo. Me he planteado el sistema político y la partitocracia. Realmente, mis ideas creo que están basadas en una lógica aplastante y en unos supuestos que, aunque no se cumplan, son del todo coherentes. La excepción no debe derribar el concepto. He pensado en el sistema parlamentarista este que tenemos en la mayoría de los países de la Europa Occidental y he reflexionado sobre la monarquía. Obviamente la monarquía es un anacronismo que no debería durar mucho tiempo. Lo que pasa es que la única alternativa que plantean es sustituir al rey por un Presidente de la República. Sí, es menos discriminatorio, pero sigue siendo lo mismo. Empleando una adaptación del refranero popular: "distintos perros con los mismos collares". Entonces es cuando me he planteado la figura del Jefe de Estado. No sirve para nada, es un monigote. Un puesto a exterminar. De ahí a pensar que el Parlamentaris

El exotismo y la diferencia:

15 de Septiembre 2006, Barcelona, Cataluña, África. Tarde gris en Barcelona, ciudad sin ley, o con demasiada que para el caso es peor. ¿Dónde vamos? - Hay una tienda de chocolate en el Maremagnum (sí, ese sitio donde arrojan ecuatorianos al mar) - Pues vayamos a ver qué se cuece por allí, me apetece chocolate, soy "fan" del 70-75% y del chocolate con naranja. Arrivamos al Puerto y vemos a un doble de Michael Jackson cuando era negro y que se supone que bailaba. En cinco minutos sólo vimos como intentaba "pegarse" con su reproductor de música callejero. Bien, pasamos del exotismo e iremos a lo que íbamos, a comer chocolate y, por qué no, a ver Clerks 2 que para eso el Maremagnum tiene unos multicines. Nos metemos en la tienda de chocolate, está cerrada, un cartelito pone: "vuelvo volando" - ¿será literal? - No nos quedamos para comprobarlo, fuimos a los multicines. Alatriste, Garfield 2, la joven del agua... Por Clerks no me viene nada. Volvamos a la tien

El exotismo y la diferencia

Ya sabemos en el profundo análisis que se hace en este Blog, que soy lo peor. El otro día descubrimos tras una profunda reflexión en las típicas calles de Barcelona, que yo tengo aspecto de atracador de prostitutas. Siempre que sales de tu entorno, descubres nuevos términos. El sábado aprendí una nueva palabra: diferente. La verdad es que la había oído alguna que otra vez, pero por fin ese día le encontré un significado. Diferente es un claro sinónimo de inferior. No hay nada como algo diferente y exótico, y Barcelona está plagada de personajes exóticos y diferentes. No comprendo esa ciudad.

La confianza da asco.

Hoy tengo poco que decir. La vida pasa y todo sigue igual. Lo más destacado es que voy a intentar aprender a tocar el bajo. En un par de meses me veo grabando un disco, sólo me falta la batería... Estoy intentando salir de mis agobios económicos, pero siempre me ofrecen algo nuevo que comprar. Voy a tener que desacelerar la economía o me hundiré con ella. Las convenciones populares dicen que soy un año más viejo que la semana pasada, aunque sólo soy una semana más viejo, pero es lo que tienen las convenciones. Estoy soportando bien mis proyectos y eso es bueno. Espero no colapsar, por lo que se ve, hay gente a mi alrededor que me apoya y, aunque me cuesta apoyarme, cada vez tengo menos reparo en hacerlo. La confianza da asco.

No entiendo a los humanos

La gente no es natural, se comporta de diferente manera depende de los ambientes. Y hay algo que hace la gente que no sé cómo interpretar, y es el deporte nacional, la crítica del ausente. Todos estamos contagiados por esa costumbre y, en cierto modo es sano. A todo el mundo le gustaría decirle a los demás lo que realmente se piensa de ellos pero sin miedo a que eso enrarezca una relación. Y parece ser que la mejor manera de hacerlo es contárselo a otros. Pero hay una cosa que no entiendo de los humanos, y es la falsedad y la exageración. Cuando se reflexiona sobre un conocido ausente, a veces te preguntas por qué si piensas eso estás con esa persona. Claro, después piensas en positivo y opinas que está con esa persona a pesar de eso. Todo depende de los puntos de vista. También es frecuente hacerse opiniones precipitadas sobre los demás. Y deshacer opiniones sobre otro por lo que te cuentan terceros. Bueno, sinceramente, creo que es mejor no darle vueltas a la cabeza porque es absur