La gente con la que no estás

Hay gente a la que hechas de menos. Siempre hay alguien ahí con quien te gustaría estar y no estás. Yo por eso aprecio tanto los fines de semana y odio los días de diario. Seguramente sea uno de los motivos por los que no estoy a gusto con mi vida y con mi trabajo.

Necesitas estar con la gente que necesitas estar, y si no están, estás a disgusto. Esto es primordial para entenderme a mí. Yo creo que esa es la razón de que sea tan apático y tan malhumorado. Me gustaría ser alguien extrovertido y gracioso o algo así, pero no lo soy, y es que siempre tengo en mente la gente que me falta.

Bueno, esto no es del todo así, la vida es más compleja y te da respiros. Pero la verdad es que cuando no tienes esos respiros es cuando más te das cuenta la gente que te falta. Pero ¿por que te falta la gente? Lo peor es que hay mucha gente que te falta no porque no esté ahí, sino porque no le pides que esté. Esto me lleva a una profunda reflexión ¿Por qué no le decimos a la gente que queremos que la queremos? ¿Por miedo al rechazo?

Yo creo que en parte puede haber eso, pero no es eso fundamentalmente. Yo creo que no hay miedo a que te rechacen, porque si alguien te rechaza dejas de querer estar con esa persona, el miedo es a que esa persona se sienta obligado contigo. Esto lo he hablado mucho con un colega. Este colega siempre me dice que la amistad está sobrevalorada. Hablando con él me he dado cuenta de por qué piensa eso. Y es que hay mucha gente que espera cosas de un amigo, si espera cosas y no se las das le estás defraudando, y no mola nada defraudar a los demás. Ahí creo que radica el por qué no le decimos a la gente que la queremos. Porque si implicamos a alguien en una relación afectiva le estamos diciendo que esperas algo de él y eso es una presión muy fuerte para mucha gente.

Sin embargo, yo creo que la sinceridad es primordial y que hay que decirle a la gente lo que esperas de ella, y que esta te diga sinceramente si te puede ofrecer eso o no, eso es lo sano. Como siempre, esto es más complejo en la práctica que en la realidad. Por lo menos en mi mundo.