Proust contra Nietzsche

El otro día vi una película llamada "Little Miss Sunshine". Es una de esas películas infladas por la crítica porque supongo que es considerada por ellos como una obra de arte.

De esa película sólo saqué una conclusión: la lucha entre Nietzsche y Proust.

Ahora estoy un poco espeso, pero realmente le encontré un significado filosófico a esta lucha de pensamientos. Es importante decir que yo no tengo ni idea de filosofía, y menos de Nietzshe y, mucho menos, de Proust. Según la película, Nietzsche estaba representado por el hijo mayor de la familia, y Proust por el tío homosexual y suicida.

Surge una amistad entre el tío y el sobrino. El sobrino odia al mundo y se niega a hablarla. El tío está harto de la vida. Al final le dice a su sobrino que sólo se aprende del sufrimiento -al parecer es una cita de Proust- y que de los buenos momentos no se saca nada.

¿por qué cuento esto? Es increible ver como en un momento determinado se te ocurre un planteamiento filosófico acerca del sentido de la vida a partir de una reflexión que te conduce a ver en una película mediocre un ejemplo de ese pensamiento y como, con el paso de los días, ese pensamiento se diluye hasta desaparecer y no ser capaz de recuperarlo.

Es evidente que el suicidio, el sufrimiento, el aprendizaje y el sentido de la vida son temas recurrentes en mi pensamiento y que, por lo tanto, sería fácil pensar que tengo algo que decir respecto al tema. Pero no soy capaz de lograr el nivel de análisis que conseguí hace unos días.

Pero lo intento: Más o menos el pensamiento iba encaminado al sentido de la vida como tal. En la película hay un transfondo en el que se pone al espectador en la tesitura de decidir sobre si merece la pena que la vida sea vivida. Expone diferentes personajes en diferentes estapas de la vida: infancia, adolescencia, madurez, mediana edad y senectud. Además todos los personajes son fracasados a su nivel y en diferentes aspectos de la vida:

El anciano considera que es un fracasado porque no ha disfrutado la vida.
El padre es un fracasado en el apartado laboral.
La madre es una fracasada en el plano de la realización personal.
El tío es un fracasado sentimental.
El adolescente se enfrenta al fracaso de las barreras físicas.
La niña es una fracasada familiar por la pérdida de seres queridos.

Cada uno afronta el fracaso de diferente manera:

El anciano decide aprovechar lo que le queda de vida para hacer lo que no hizo de más joven.
El padre considera que a la vuelta de la esquina encontrará la oportunidad de salir del fracaso.
La madre afronta el fracaso con resignación y lo acepta.
El tío decide intentar suicidarse.
El adolescente deja de hablar al resto del mundo.
La niña se evade pensando únicamente en alcanzar su sueño.

Al final de la película parece que Proust vence a Nietzsche y que la vida merece la pena ser vivida. Siempre hay un pequeño detalle que te hace ser feliz y, lo importante, es hacer lo que uno quiere sin pensar en el que dirán. Si haces eso e implicas a los que te quieren, siempre te quedará su apoyo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo