¿Llegó la hora de los malos modos?

Aunque algunos lo hayan pensado, todavía no me he suicidado. Sé que se podría pensar cuando llevo un mes sin escribir. Y no es porque no haya temas que tocar, que los hay, sino más bien que no sé ni cómo ni cuando abordarlos.


Este mes han ocurrido cosas desastrosas para la humanidad, y no creo que el mes siguiente mejore. Se podría decir que estoy pasando por una crisis identitaria entre la razón y la pasión.


Siempre que surgía este problema recurría a la lista de colegas, pero últimamente la lista de colegas está invadida por lo que yo he llamado como agentes patógenos externos. Un miembro de la lista, el más antiguo del lugar, trata a esos fenómenos externos como elaboradores de estudios sociológicos. Y ahí es dónde voy a abrir mi argumentación de hoy.


Todos habéis oído hablar de los "trolls". En el mundo de la Internet, se le llama "troll" a aquellos individuos que entran en los foros a insultar a todo el que pase por ahí hasta losgra quemar a todo el mundo. Pero ¿qué pasa cuando se crea una lista "trolls" y se cuela gente que pretende colar una falsedad que da asco? Eso es lo que le ha pasado a la lista de colegas.


Desde que el miembro conocido como Juan nos abandonó en cuerpo y alma, la lista ha sufrido una decadencia. Os hablaré de Juan. Juan era un tipo de esos que ves por la calle y te apetece darle una paliza. Su aspecto es pijoprogresista desaseado y con estúpidos avalorios pretendiendo adornar su cara que resultan vomitivos. Pero después las apariencias engañan y resulta ser un gran tipo. Esa gente que le da sentido a tu absurda vida, que hace que el tiempo perdido en algún momento de tu adolescencia tenga por fin una motivación. Ese era Juan, un tipo que hacía la vida más fácil.


Yo tengo por costumbre dar una oportunidad a todo el mundo, aunque se sepa de que pie cojea y que resultan patéticos individuos totalitarios e intolerantes. Sí, un error mío, no todos podemos ser amigos. Hay hipócritas, gente que va con una superioridad por la vida y no son más que jóvenes bastardos vestidos de educación cuando detrás no hay más que auténtica falsedad y pocas ganas de enfrentar de cara los problemas. Juan se enfrentó a eso, lo advirtió, nos lo contó y fue débil, no pudo resistir.


La dialéctica se hizo dura, competimos todos por ser el más cínico y ahí Juan no pudo ni aguantar un asalto más. Seguramente no pasaba un buen momento. Algún cambio en su vida, otras motivaciones, otros amigos, otra situación personal. Un caldo de cultivo para la diáspora coleguil.


Tras aquello, uno a uno nos hemos ido separando todos. Juan era un nexo de unión más importante de lo que parecía. Como frase hecha, se podría decir que nunca le perdonaré el habernos abandonado de esa manera tan repentina y sin explicaciones. Además creo que sus razones no eran suficientes, pero cada día creo entender más el por qué lo hizo. A mi también me entran ganas de mandarlos a todos al carajo. Pero yo creo que están acostumbrados a ganar siempre y no les voy a dar esa alegría.


Ahora me planteo varias posibilidades. Estoy en una situación de calma tensa. Por una parte me fastidia que vengan a mi casa a imponer sus absurdos estilos de conducta y me gustaría echarles. Pero eso me convertiría en una mierda intolerante como ellos, y yo estoy por encima de eso. También me gustaría provocar su marcha, pero como ví en ciertos momentos, eso te termina desgastando ante los tuyos. La otra situación es no hacer nada, pero en ese momento el que se quema soy yo.


A veces pienso que si tuviera una válvula de escape como la tuvo Juan en aquel momento, no haría igual que él. Aunque sinceramente, su experiencia me lleva a ver que no es la solución. Eso sí, no veo ninguna solución. Pero eso sí, tengo unas ganas de dar "un golpe de estado" en la lista de colegas que se iba a acabar la tontería. Aunque eso me llevaría a perder muchos contactos, pero ¿merece la pena mantenerlos?

Comentarios

Bortx ha dicho que…
la verdad es que tengo curiosidad de saber a quién te refieres, no puedo imaginar de quién o quienes se trata y por qué
Victorino Blanco ha dicho que…
Se trata de los agentes patógenos. Aquella gente que entró en la lista de colegas por medio del artista anteriormente conocido como Gonza y que sólo están aquí para estudiar lo absurdos que somos.

Gente que añora otros momentos de la lista cuando esos momentos nunca existieron. Ya sabes a quién me refiero, la gente que peor me cae en la lista y que sólo sirven para dar malos rollos.

En los inicios de la lista yo podía pronunciarme sin ningún tapujo sobre cualquier tema. Ahora no, porque seré reprendido y se me dirá que mis comentarios dan asco y demás, y lo hará gente que ni conozco ni tengo confianza para devolverle la crítica, es más, si lo hago, los amigos comunes se enfadarán conmigo por utilizar un lenguaje inapropiado.

Es lo que le pasó a Juan. Podía tolerar que nosotros discutiésemos su forma de pensar pero ¿quiénes eran esos que venían de fuera a reirse de él y a crear malos rollos?

No es difícil saber a quién me refiero.
Bortx ha dicho que…
Ya bueno, yo también he sido duramente reprendido en ocasiones por esas personas en actos que ellos mismos acometen cada dos por tres, sacando a relucir su característica doble moral.

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