Woody Allen y yo

Decía Siniestro Total "Pueblos del mundo extinguíos". Puede ser una buena filosofía de vida. La verdad es que no hace falta acelerar el proceso salvo para aliviar el sufrimiento. Eso nos lleva al cuestionamiento moral del dolor como medio de alcanzar un estado superior de contacto con lo metafísico.
En estos días en los que todos tenemos las tardes ocupadísimas por el Tour y el bonito duelo entre Rasmussen y Contador, nos acordamos nuevamente de la vergüenza que supone que el ciclismo sea un deporte perseguido. Habría que ir por las oficinas para ver que se mete la peña por las mañanas y dejar en paz a los ciclistas. Un ejemplo claro de hipocresia. Pero bueno, no voy a tocar temas políticos, sino reflexiones psicológicas sobre el tema. Y es la necesidad que tenemos los humanos de sufrir y a la vez de anestesiar el dolor.
Yo tampoco es que conozca mucho a los humanos, pero he convivido con alguno y se comportan un poco de esa manera. Es feo generalizar, pero sí que he visto como las personas se hacen daño por mero placer. Pero es que la solución no es tan fácil. Como alguna vez he comentado, a veces no es que te quieras hacer daño, es que las alternativas te hacen más daño aún, así que buscas aquella opción que te hace menos daño.
Realmente mi pensamiento viene marcado por ese carácter pesimista de la vida. Siempre que la gente habla de ganar más yo apostillo con el "o perder menos".
Y esto lo digo desde mi butaca, desde mi despacho en mi hora de descanso. Aún así creo que la vida es una mierda. Woody Allen decía que la vida es asquerosa y deprimente, y encima duraba poco. Debe ser la sensación de que si lo pasamos mal es porque lo estamos haciendo mal, nunca porque realmente se puede vivir mejor. Si haces una encuesta entre todo el mundo te darás cuenta de que prácticamente todo el mundo vive mal. Y claro, te preguntas que cómo aquel tipo o aquel otro pueden vivir mal. Es que todo es subjetivo. Mientras no tengas todo a lo que aspirabas o todo lo que crees que mereces o a lo que puedes aspirar, tendrás ahí una pequeña espinita clavada.
He hablado de Woody Allen, y la verdad es que creo que se pueden aprender cosas de ese tipo. El otro día, hablando con un argentino que me encontré por la calle me dijo sin conocerme de nada que tenía que copiar de Woody Allen. Viendo sus películas veo que yo soy muy parecido a sus personajes, que no tiene por qué ser parecido a él como persona. Todavía sé diferenciar entre los personajes de ficción y la vida real, aunque es más que probable que Allen dé mucho de autobiografía en sus guiones. O si no, ¿por qué todos los personajes que interpreta se parecen tanto?
Entre las múltiples cosas que no comparto con el señor Allen, más bien, con sus personajes, es las mujeres que hacen de sus novias, amantes, etc. en sus películas. Lleva 30 años rodeándose de las actrices más elegantes y atractivas. De hecho, en una de sus últimas películas, en la que ya era demasiado mayor, pues puso un doble de Álex Mumbrú para las escenas de riesgo para interpretar a su "Alter Ego" que se beneficiaba a Christina Ricci. En fin, es un salidorro, por ello me cae bien.
Yo seguiré aquí escuchando Cadena 100, me estoy aficionando asquerosamente a algunas canciones. Voy a mirar por aquí a ver si me puedo traer mi propia radio.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola creía que habias abandonado el blog.

Pero aunque es una visión muy pesimista de la vida.

Vivimos muy bien, y tenemos la gran suerte de poder disfrutar de ver verdaderas maravillas y hasta comer por la patilla.

Que suerte poder cada mañana tener fuerzas por conseguir todo aquello que creemos nos va a llenar algún vacio que tenemos.

Un beso y procura ser más optimista.

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo