No sé hacer nada

La gente como yo que no sabe hacer nada útil tiene difícil ocupación en la vida. Vale, sé hacer cosas, pero son cosas que no están valoradas y de las que las gente prescinde. Además, no tengo ni iniciativa, ni inventiva y las cosas que se me dan bien no sé venderlas y realmente no sé si sabría llevarlas a un plano profesional.

Por otra parte está el tema de las malas elecciones del pasado. Realmente no es que sean malas de verdad, simplemente creo que no fueron óptimas, aunque si hubiese tomado otras decisiones mi vida habría sido diferente.

Y es que esa es una cuestión importante. Las cosas buenas que te ocurren en la vida no suelen ser independientes de las malas. Por ejemplo, hay aspectos de mi vida que me encantan, y que no podría haber ocurrido si hubiese cambiado aspectos que no me gustan. Y realmente, no me imagino mi vida prescindiendo de aquello que sí me gusta.

Pero retomando el tema del principio, me he dado cuenta de que no puedo vender nada a nadie de calidad, así que estoy condenado a la mediocridad como aspiración máxima. Y eso es duro. Vivo de la caridad y de que otros me cuiden y mantengan, y eso te hace dependiente. 

Hay quien dirá, y quizá tenga razón, que tengo que poner un poco más de mi parte. Quizá adolezco de una falta de implicación en los proyectos que me hace no ser suficientemente eficiente y eso es lo que me hace ver que no estoy preparado.

Todo esto viene porque me he dado cuenta de que me he estancado como un contable de mala calidad, cuando al final los sectores que crecen son los de producción de masa, ocio y entretenimiento y servicios a empresas. En sí, yo estoy en servicios a empresas, pero como he dicho, en baja cualificación, y encima en un sector con mucha competencia, lo que hace que pueda sobrevivir, pero no pueda destacar. Y me fastidia. Ya está.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Verdades y mentiras sobre la crisis económica

Rubén Kameli

Eurovisión de nuevo