No hay dos situaciones iguales

El otro día descubrí con tristeza y perplejidad la hipocresía en mi interior. Un momento de hartazgo y pesadumbre. Siempre he defendido las palabras claras y la verdad en las relaciones sociales. El ir por detrás no es mi estilo ni me gusta que otros lo practiquen.
Esto lleva a que a veces digas algo que mucha gente pueda considerar políticamente incorrecto y ganarte malos encuentros con la gente de tu alrededor. El insulto y la demagogia también son prácticas habituales en mi discurso, el doble juego de las palabras y la tergiversación y manipulación. Supongo que eso puede llegar a molestar.
Lo que no sé es hasta que punto yo permito eso hacia a mí. Es decir, si alguien utilizase la demagogia, el insulto y el mensaje fácil y dañino para desprestigiar de manera ridiculizante mi discurso, no sé como me lo tomaría. Supongo que mal.
Ahí es donde descubrí la hipocresía. Siempre hay alguien en tu mundo cercano que se comporta de dicha manera, yo lo descubrí hace unas semanas, una persona con ese comportamiento tan insoportable e incordioso. La pregunta es ¿yo soy igual?
En mi vida me he encontrado gente cuya actitudo es similar a la mía, y yo, por supuesto, lo he defendido, pero siempre me advertían - te equivocas, ese no es como tú - pero no sé hasta que punto esto era cierto o la gente usaba un razonamiento que expongo a continuación.
Todo depende de quién te diga las cosas y en qué momento te las diga, no hay dos situaciones iguales. De hecho todos lo podemos comprobar, llámale idiota a tu jefe y llámale idiota a tu mejor amigo. No será igual. A tu jefe no le puedes llamar idiota, aunque lo sea, a tu amigo sí, aunque no lo sea. Pero un idiota a tu jefe en mal momento puede no tener consecuencias, al fin y al cabo, tu relación es profesional y eso puede no afectar, pero si lo haces con un ser querido, a lo mejor lo decepcionas.
Ahí está el meollo de la hipocresía o no de los actos. Y otra vez, es cuestión de expectativas. Supongo que si te esperas que alguien te llame idiota no te molesta, pero si te lo dice alguien que sí, te la sopla. Esta claro que te enfadarás si alguien te defrauda, es decir, te hace daño y el daño se te hace de muchas maneras.
Yo conozco personas que van defraudando a la gente. Esto creo que se produce, y puede que me equivoque, porque las expectativas que otra gente tiene sobre esas personas son mayores que las que puede realmente cumplir. Y aquí otro tema recurrente, la falta de reciprocidad. Si yo espero que tú y yo seamos íntimos y yo me entrego y tú no, me mosquearé contigo. Y ya me puedes decir que no era para tanto, que era una broma, que sólo fue un hecho aislado magnificado. Por ejemplo.
Hubo una vez una persona que me dejó de hablar porque le dije en su casa que Dover no era un grupo de Heavy Metal. La gente, ignorante ella, me dijo que no le diera importancia y que si por una chorrada así me ha dejado de hablar pasara. Ahora con el tiempo y la tranquilidad lo entiendo. Lo de Dover era una simple anécdota, en realidad lo que le fastidió al chaval es que pusiera en duda sus conocimientos en un tema en el que él se considera experto.
Añado una nota y luego continúo. La gente respeta a otra gente en la medida en que se siente respetada por esa otra gente. Esto, en mi opinión, es tautológico. Si tu ves que una persona siente mucho afecto por ti, lo más probable es que tú termines siendo afectuoso con ella, y al revés. Yo creo firmemente en este razonamiento, y esta era la nota que quería destacar.
Partiendo de la nota que acabo de exponer y volviendo al párrafo anterior, este chico me respetaba como persona en la medida en el que yo respetara sus conocimientos sobre ciertos temas, era el rasero que el fijaba, o uno de ellos. Si nos fijamos nosotros tenemos un rasero con el que medir el respeto de los demás. Hay cosas que, por insignificantes que parezcan, pueden hacernos pensar que una persona está desperdiciando su vida, y no la respetamos y al revés, cosas que están en ciertas personas y que nos parecen admirables y que limpian cualquier mácula en su poseedor.
Obviamente este chico no me dejó de hablar sólo por eso, yo ya notaba que yo era un tipo que no era de fíar. Yo ya había hecho algún comentario sobre lo poco importante que es para mí la actividad artística y el poco valor que tienen para mí las opiniones al respecto. Si además esos comentarios los hago en la hospitalidad de la casa de ese hombre y con todos sus amigos delante y le sumas que pudo tener un mal día, seguro que pensó - "ahora este petardo viene a tocarme la moral en mi terreno, a este que lo aguante su tía".
No supe más de él. Normal.
Resumiendo, estoy pensando que quizá lo que en un principio veía como hipocresía no lo es tal y que realmente he sido violentado porque las espectativas de las personas que me violentan están por debajo de lo que yo esperaba de ellas y han sobrepasado mi límite de tolerancia. Pero puede que me equivoque y sólo sea hipocresía.

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