Blog de Vić

Llega mayo y empiezo a cotejar como está el mercado laboral. En esta época cada año echo currículos y espero a que me vayan llamando para saber que es lo que puede ganar un tipo como yo, y nunca saco una conclusión más que nunca me citan para una segunda entrevista. Sólo tres veces conseguí una segunda entrevista pero en ninguna me cogieron. Una fue buena, porque fue una entrevista personal y me cogieron para una segunda entrevista personal. Las otras dos fueron pruebas de criba que pasé sin problemas, o con pocos, pero en la entrevista personal me tiraron. Ayer me llamaron para un puesto que me ha llamado la atención, tras una entrevista telefónica, a ver si se dignan a rellamarme para una entrevista personal, aunque no tengo muchas esperanzas. Si me llamasen, tendría que gustarles en persona, que eso es casi imposible, y aún así ellos me tendrían que gustar a mi, cosa más difícil todavía porque yo tengo un caché muy importante. En otros asuntos he decidido aparcar, y nunca mejor dich...

Según el diccionario, un ceporro es una cepa vieja, pero también una persona torpe e ignorante. Seguramente a todos nos han llamado ceporro alguna vez, aunque siempre pensé que se empleaba como sinónimo de persona enjuta y pasiva, supongo que porque esa definición se adapta más a mi que la otra. He visto en el mundo ceporros, pero ahora se me plantea un dilema con uno de ellos. Claro, una peculariedad del ceporro es no saber que el que está en frente puede no ser una eminencia, pero aún así, ante tu estulticia de ceporro, le consideras tal. Y no sé cómo afrontarlo. Podría reconocer mi ignorancia y decirle al ceporro que se busque las habichuelas por otro lado. Pero también podría intentar engañarle y aparentar ser lo que no soy. Esto último tendría algún sentido si sacase algo de provecho, convirtiéndome en un auténtico cínico. Seríamos cínico y ceporro, los nuevos héroes de acción. En fin, cómo está el mundo.