Física, mentiras y la navaja de ockham

Últimamente ocurren cosas de difícil explicación, y a veces, según dicen algunos, la explicación más sencilla, o la que tiene menos axiomas, tiene más probabilidad de ser cierta, aunque no tiene por qué serlo.

Hay una explicación, que es muy sencilla, pero es muy desagradable. Y, sinceramente, creo que no es la auténtica, pero lo explicaría todo. Pero entonces cumpliría un axioma muy difícil para mí: que es la mentira. Vamos, la mentira hacia mí.

Todo el mundo miente, pero hay mentiras y mentiras. Una cosa es no contar algo o no decir la verdad en un momento determinado, y otra es basar toda tu vida en la mentira. Y ese es el tema de lo que estoy hablando. ¿Una persona puede basar su vida en la mentira?

Por otra parte, si esa explicación sencilla, de una vida basada en la mentira, es falsa, la otra explicación, más compleja, supondría también mentira. Pero de otro tipo, es decir, una persona que no le importa extender una invención y una mentira a todas partes para conseguir un objetivo que, para mucha gente, sería menor. 

Aunque lo que es un objetivo menor para mí, puede ser crucial para otras personas. Y otra vez he vuelto a pensar en el tema de las expectativas y de la subjetividad ante un mismo hecho. Y es que las personas se comportan de manera diferente según le venga y no sigue patrones lógicos de comportamiento. Bueno, más que patrones lógicos, no sigue patrones que se puedan determinar fácilmente.

Las personas son entes complejos y sus decisiones se toman de una manera racional. Creo profundamente en ello. Pero esa racionalidad está influenciada por numerosos estímulos procedentes de la percepción del individuo en cuestión. Y esta percepción variante, modificable, manipulable y alterable es lo que hace que parezca que no se sigan patrones lógicos por parte de las personas. Pero sí lo hacen.

¿Hasta donde estarías dispuesto a llegar para conseguir algo? Pues creo que depende de lo que quieras conseguir y de la persona a la que se le haga esta pregunta. Ante dos mismas situaciones habrá personas que actuarían de una manera y otras de otra. Hasta ahí todo claro, pero el tema es cuando a la misma persona la enfrentas a la misma situación. Seguro que te da la sensación de que, a veces, tampoco actúa de la misma manera. Y es que el hecho es que una persona está determinada por diversidad de factores, y uno es el tiempo y los diferentes estímulos recibidos. Las personas aprenden y ganan experiencia, pero es que además el entorno varía. Y no sólo cosas físicas del entorno, sino internas como estados de ánimo, procesos hormonales, etc.

En definitiva. La mentira se sustenta en la consecución de una serie de objetivos por parte del mentiroso que, en su escala de valores, le supone rentable en el momento en el que decide mentir. Pero, voy a añadir una dificultad más, y es la percepción de la mentira. ¿Todos percibimos la mentira por igual?

Es decir, un ejemplo. Si una persona tiene fiebre y está fatal de lo suyo, tendrá unos fuertes escalofríos, y dirá que tiene frío, y si hay una temperatura ambiente de 29 grados centígrados, pensaremos que nos está mintiendo. Y no, simplemente tiene una percepción diferente de la realidad. Por eso creo importante también jugar con el tema de la percepción de la realidad.

En resumen, la mentira es percibida y no es siempre un valor absoluto. Para acordar la mentira como valor absoluto tenemos que estar de acuerdo con los principios en los que se sustenta esa mentira, si no estamos de acuerdo, entonces la mentira puede ser un problema de percepción y no una mentira absoluta. En ambos casos, y si tratamos de asuntos que afectan al estado de ánimo, ambas realidades harán mucho daño, aunque los orígenes son diferentes.

Y volviendo a mi tema, ahora mismo no sé si estamos ante una mentira absoluta o un problema de percepción. Pero el caso es que hay dos versiones que yo percibo como confrontadas y, desde mi punto de vista, sólo una puede ser cierta, o por lo menos, las dos no pueden ser simultáneamente ciertas. O puede que solo sea mi percepción.

El hecho es que este asunto me afecta como pocos, y es normal. Pero quiero que se cierre ya y que se cace al impostor. En este caso, he decidido no creer en la solución más simple, porque considero que mi experiencia e intuición son acertadas. Pero no descarto errar.

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