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Mostrando entradas de marzo, 2011

Sólo dos palabras

Esta mañana he ido al juzgado. Mi accidente con el coche tuvo consecuencias legales. Espero que se queden ahí. Yo pensé que iba a ser un juicio, pero resulta que he tenido que aportar unos papeles, y el juicio, de serlo, será otro día. La verdad es que no sé por qué me molestan con estas cosas. Antes de meterte en estos embrollos tendrían que ver qué carajo pasó. Supongo que querrán enmarronarme y así el seguro lavarse las manos. Diré que fue un despiste, que iba a una velocidad adecuada y ya. Y más o menos fue así. Iba despistado porque tuve un mal día. Y ya está, no hay que darle más vueltas. Tendré que estar más atento, pero no iba como un loco ni hablando por teléfono ni nada por el estilo. Tampoco había bebido. Son días que estás mal. Hoy es un día diferente. Estoy cansado y la visita al juzgado no me ha gustado, pero en mi buzón de entrada he recibido un correo de apoyo muy bonito. Y se han dicho dos palabras que juntas son muy importantes. Me reservo cuáles son, pero por cosas c

Una nueva semana, un nuevo día... ¿una nueva vida?

Hoy vuelvo al trabajo tras unos días de vacaciones. La verdad es que han sido unos días fascinantes en las que he hecho cosas que sólo conocí en mis mejores sueños. Ha sido increible. Hoy volvemos a la cruda vida rutinaria y tengo el regustillo amargo de que quizá me olvido algo. Pero bueno, seguramente lo mejor será levantar la cabeza y mirar siempre hacia adelante. No debo pensar lo que acontece, quizá sólo vivirlo y no agobiarme, nunca agobiarme. Esta ensañanza no es mía, me ha venido de fuera. Y últimamente confío mucho en ella, porque desde que la aplico me está yendo mucho mejor. El caso es que hoy empieza una nueva semana, pero no solo eso, también empieza un nuevo año y este, creo que sí, tiene que ser mi año. No exento de problemas, dificultades e, incluso, frustraciones, pero mi año. O con esa actitud positiva lo empiezo.

Artículo censurado

Y parece que todo marcha bien. Todavía no me lo creo. Estas cosas les pasan a otros. Me siento querido, muy querido, y eso está bien lo mires por donde lo mires. Sí, es una responsabilidad, pero la quiero asumir, es más, estoy encantado de asumir esta responsabilidad. Ha surgido la palabra compromiso. Yo no lo pedía, pero ha surgido, y estoy muy contento. Quizá estoy a punto de tocar la felicidad, nuevamente, y ahora de verdad. ¡Espero que dure! Y no sé si publicar esto, bueno, algún día, porque mis aférrimos no son tontos.

Regalo de Navidad

El 25 de diciembre fue otra fecha para recordar. Volvió a pasar. Siempre, sin planearlo. Quizá no he reaccionado de la manera óptima pero, ¿quién lo hace? Soy débil, lo sé. Había hecho planes sobre cómo afrontar estas situaciones, me había preparado, pero nunca se puede. Los sentimientos son más importantes que la cabeza, me dejo dominar. Pero da igual. Todo está bien. De momento. Ayer fui feliz. Otra vez. Pero la felicidad, sabemos que dura poco. El 26 de diciembre, un año y 19 horas después, mi vida a dado un vuelco nuevamente. Han sido unas horas muy muy bonitas. La triste noticia me volvió a llegar y, desde entonces, nada más. Desesperación... sólo han pasado unas horas, quince, y no sé nada. Bueno, sé que sabré, pero la angustia come mi felicidad. Bueno, quizá sólo fue un buen regalo de Navidad. El tiempo dirá, siempre nos pone a todos en nuestro sitio.

Mi verdad

Como seres sociales que somos, nos preocupa mucho encajar bien en la sociedad, y no es tarea fácil. Voy a trazar un relato: No sé muy bien como, o más bien no viene a cuento, un grupo de gente se unió por diversas razones. Compañeros de instituto, universidad, trabajo: quién sabe. el hecho es que esta pandilla se formó de la forma en la que se suelen formar las pandillas de amigos. Pero en toda pandilla siempre hay grupos de más confianza, gente que no se cae bien y gente que tiene diferentes formas de pensar. Además tenemos que unir el hecho de que todas las pandillas de jóvenes tienen unos miembros que evolucionan hacia la madurez de distinta manera. El caso es que esta pandilla un día era feliz, o eso parecía, pero la pandilla se distanció con el paso del tiempo. Se disgregó. ¿Cómo? Trataremos de contarlo. Adolfo, Benito y Francisco eran muy amigos y hacían muchas cosas juntos. Atrás quedaron tiempos en los que tenían más amigos y, últimamente salían con otros amigos. Pero básicamen

Abogado del diablo

Muchas veces me siento incoado a defender causas perdidas de antemano. En mi subconsciente pienso que si no lo hago yo nadie lo hará, y creo que es así, hay mucha gente que prejuzga y no se para a pensar las posibles consecuencias de su posicionamiento. Obviamente, yo no estoy libre de ese defecto, muchas veces he juzgado con pocos datos bajo el calentamiento inicial de una situación que no me gustaba. En ese momento yo no busco peroratas de odio que se posiciones alineadas con mi pensamiento, me gustaría escuchar un contrapunto. La experiencia me dice que la mayoría de la gente no piensa así, que cuando siente bronca, busca que alimenten externamente ese odio aún más. Vale, sí, peco de dramatismo, las situaciones no suelen ser tan conflictivas, pero sí que a veces se busca un insulto rápido que apoye el razonamiento. En mí es difícil encontrarlo. Por el contrario, suelo ser bastante crítico con aquello que me disgusta y lo expreso impunemente. Y eso también me genera conflictos. Trato

Predicciones

El que tenía que haber sido uno de los días más felices de mi vida, se ha convertido en un día raro. He psasado de una gran satisfacción personal a un estado de, como decirlo, confusión, en apenas 24 horas. No puedo dar muchos detalles de lo que aconteció ayer por la tarde, pero ahora estoy un poco desanimado. Hacía ya unos días que sabía que esto iba a ocurrir, pero no sabía que iba a desatarse de una manera negativa. Sin duda la forma de acontecer los hechos ha originado ese problema y no el acontecimiento en sí. Eso lo tengo muy claro. Me siento muy responsable ya que yo ya sabía que esto podía ocurrir y no hice nada para intentar conseguir que el acontecimiento siguiese unos derroteros más satisfactorios para todas las partes. Digamos que por un momento volví a solo pensar en mí de manera egoista y sin tener en cuenta las posibles consecuencias. Sin duda alguna ha sido un error, pero tampoco creo que haya sido tan grave. Ha podido ser grave pero no lo ha sido. Por ejemplo, el otro

No todo es malo en mi vida

No todo va perfecto, pero va bastante bien. Una vez me dijeron que siempre hablo de cosas negativas. Y es cierto, pero es porque aquí escribo para aclarar ideas de lo que me preocupa. Si no tengo preocupaciones, no tengo de qué hablar. Pero bueno, contaré que ahora mismo estoy bastante agusto con toda mi vida. Simplemente la salud de mi familia y la mía propia no están todo lo bien que desearía. Pero lo mío sé que será cuestión de días, lo que tarde en recuperarme de mi pequeña enfermedad, así que incluso aumentaré más mi felicidad. ¿No veis? También cuento cosas positivas.

Publicar al día

Estoy pensando que, debido a mi nueva situación, dejar de publicar de manera asíncrona con mi vida. Si lo hago, quizá lo comente. Pero evidencio esa posibilidad.

¿Depresión?

Me niego a creerlo. No quiero estar deprimido, pero me encuentro anímicamente muy mal. Mi pilar básico y fundamental, aquello en lo que creo, se desmorona. Es difícil saber qué va a pasar. En el fondo soy positivo y sé que todo se arreglará, siempre lo hace. Además, tampoco ha sido para tanto. Pero no me gusta esta sensación. Algún día, algún día... No. Iba a decir que algún día contaré qué me pasa, pero no lo haré, no debo, no puedo. Quizá me gustaría, pero no debo.

La fastidiamos humanamente

Nuestras acciones tienen consecuencias. Aunque a veces no lo queremos ver o no nos damos cuenta. Es un hecho. Nuestra vida importa, importa a mucha gente. A más de las que a veces pensamos, incluso a más de las que querríamos. Y a pesar de saber esto, la seguimos cagando. Es una realidad. Qué cosa.

Felicidad

Creo que tengo un gran nivel de felicidad, y quería compartirlo.