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Mostrando entradas de septiembre, 2010

Esperar algo a cambio

¿Siempre que haces algo esperas algo a cambio? No sé. Supongo que sí, o no. Yo hago cosas por gente, porque me satisface, no espero nada a cambio, nada material por supuesto, pero supongo que sí espero una retribución en afecto. Me gusta que la gente me quiera. Tal y como soy, con mis defectos, y con mis virtudes. Yo creo que tengo más que aportar que cosas que hacer sufrir. Tengo muchas faltas, sobre todo debido a mi apatía generalizada, pero tengo muy buen fondo con todo el mundo y me gusta que la gente sea similar. No sé, al final yo creo que todo el mundo busca algo, material, los menos, o emocional, los más, a la hora de tomarse las relaciones con los demás. Lo importante es hacerlo sinceramente.

Conversaciones que complican

Esta mañana he tenido una conversación con una persona. En principio iba a hablar de mis problemas y al final terminamos hablando de los suyos, no me parece mal, salvo por la sensación que me ha dejado de que le he destrozado la vida. A veces me pregunto si hablar con la gente no me perjudica. Yo quiero hablar y sacar lo que tengo para sacar conclusiones, para compartir experiencias y para escuchar otros puntos de vista. Me considero bastante objetivo y siempre creo que hay veces que hay matices que no he visto en la primera pasada. Esto no quiere decir que una vez hablado, cambie de opinión siempre, a veces incluso me da más argumentos a mi teoría inicial. Pero el caso es que a veces después de hablar me siento mal, y eso no sé cómo llevarlo. Quizá debería dejar de hablar con la gente, pero es que me gusta compartir lo que me pasa por la cabeza. Si un pensamiento de cualquier persona, no es compartido, es un poco como si no existiera. O esa es en principio mi opinión. Me da la sensaci

Cuando hablo sube el pan

Últimamente me he dado cuenta de que utilizo este y otros medios para que la gente sepa lo que no me atrevo a decir a la cara. Esto es un problema. Sobre todo porque no digo las cosas porque me cueste encarar a la gente, sino porque sé que este no es el mejor momento para decir esas cosas y no puedo esperar. Menuda metedura de pata que me parece que he cometido últimamente. ¿Por qué no podré cerrar mi bocaza a tiempo? No sé, espero que no haya hecho algo irremediable pero es que me han perdido las formas. Sé que reconociendo el error no voy a resolver el problema, pero por lo menos espero darme cuenta de que eso es así y no volver a repetirlo.

La morriña

Me he tirado una semana en Budapest. Cuando estás tan lejos un tiempo a mí me suceden una serie de cosas que no sé si le pasan a todo el mundo. Cuando estoy tres o cuatro días en el sitio, me empiezo a encontrar triste y tengo ganas de volver a casa. Es raro, porque muchas veces estoy con gente que quiero estar y con los que me lo paso bien, pero no estoy en casa. Es una sensación extraña. Además, últimamente hay cosas que echo mucho de menos cuando no las tengo. Cosas y personas. Sobre todo personas. En fin, no se puede tener todo en la vida.

La frustración de las victorias pírricas

Realmente sí sé lo que quiero pero no puedo tenerlo Esa es mi verdadera angustia y mi única pena en vida El tenerlo tan cerca y a mi alcance y al mismo tiempo tan lejos e intocable Frustración: Esa es la palabra que refleja mis sentimientos Y es que creo que no puedo hacer nada pero siempre me queda la duda de si realmente sí por qué no luchar por algo que creo que merece la pena La respuesta no es fácil del todo Luchar implica combatir, y en los combates siempre se pierde y ya no es lo que pierdes tú, que eso podría ser lo de menos sino lo que haces perder a los demás, y eso sí que no me lo perdonaría.

Intento Poético

He creado un nuevo blog llamado Intento Poético . No es nada del otro mundo, y gran parte de lo que publico allí ya lo he publicado aquí. Sólo intento poner cosillas más poéticas y menos prosaicas sin ninguna pretensión. Si alguien puede y quiere pasarse ahí está.

En la cuerda floja

Se dice que la esperanza es lo último que se pierde. Lo que no se dice es cuando perderla y cuando conservarla. Ahora tengo pensamientos de este estilo debido a una serie de acontecimientos que he vivido últimamente. He creído vivir tal y como siempre lo he soñado pero, como tantas otras veces, me he dado de bruces con la realidad, pero esta vez es diferente. No sé qué habrá detrás de esta sensación, quizá nada, o quizás todo. Ahí está mi incertidumbre. Lo único que tengo claro es que debo aprovechar el momento para intentar ser lo más feliz posible.

Obsesión

El tiempo debe pasar y tengo que asumir lo que me ha pasado esta semana con calma. No es la primera vez que me precipito en mis conclusiones y luego me arrepiento, creo que esta vez será igual, o eso espero. Decía la canción, como entender, cómo aceptar, que lo bueno siempre tiene un final. Y es que es así, y además el final nunca es el deseado, siempre suele ser un final precipitado y absurdo y contrario a lo que esperabas. Esta es la situación. Pero ¿qué ha acabado? Nada. Esa es la conclusión a la que he llegado, por mucho que piense qué me ha pasado esta semana no sé lo que ha pasado. Y lo mejor que puedo hacer es ni siquiera pensarlo. Las cosas ya están claras, es lo que hay, no hay que pensar en el "y si". No hay "y si". Todo es más sencillo, hay que actuar con normalidad. Esto que es muy fácil de decir es muy difícil de hacer, pero tengo la solución, sólo tengo que aplicarla. Y la mejor forma de aplicarla es no hacer nada, vivir mi vida y, simplemente, dejarme

Alegría - Miedo

14 de septiembre de 2010 no será una fecha más. Simplemente dejo constancia de ello. ¿Será el último artículo que escriba? No debería serlo, pero, al final, ha salido el proyecto y estoy feliz, pero ahora hay que desarrollarlo, y tengo miedo.

Tristeza

Tengo dentro de mí un sentimiento al que no puedo poner nombre. No sé explicarlo, no sé qué me pasa exactamente. Tengo la sensación de que algo le pasa a alguien y no me lo quiere decir. Pero tampoco quiero ser pesado, más cuando pueden ser paranoias mías. Supongo que la solución está en mí, en tranquilizarme, o hablar, pero no sé. Son esos pequeños detalles que te hacen estar en el umbral entre la infelicidad y la felicidad. Simplemente, supongo que es tristeza.

Viaje a Budapest

Los últimos días me lo he pasado bastante bien. He estado de vacaciones, aunque casi he llegado más cansado de lo que me fui. He hecho cosas interesantes, he trasnochado, he visitado monumentos y hablado, bebido y comido y casi todo lo que se puede pedir a unas vacaciones. La verdad es que ha estado muy bien. También ha habido momentos conflictivos y algo desagradables, pero han sido superados con creces por los momentos agradables. Así que prefiero hablar de estos últimos porque para qué hablar de otra cosa. El lunes pasado cogimos el avión con retraso a Budapest, donde llegamos y tomamos unas bebidas para irnos después a la cama. El día siguiente era de paseito pero sin forzar. Paseamos por el Parlamento Húngaro y fuimos a una placia donde hay un monumento dedicado a los soldados soviéticos eslavos que murieron para liberar Hungría del régimen de los Flechas Cruzadas. Allí paramos a tomar unas limonadas y unas cervezas. Después continuamos por la orilla del río hasta que llegamos a u

Uno ya no tiene una edad

Hacía mucho tiempo que no me sentía así, somnoliento en la oficina. Esta noche no ha sido una buena noche, y ayer no fue una buena tarde. Por lo tanto hoy es una mañana de mucho cansancio acumulado. Es increible como se produce un agotamiento físico a través del mental. Lo cierto es que me encuentro mejor, tengo algún pinchacito en la cabeza y la espalda, sigo teniendo molestias en la garganta y me cuesta respirar. Además hay que juntarle el hecho de que tengo la espalda hecha cisco, pero creo que se pasará. No se si ha sido algo que me ha sentado mal, el aire acondicionado y que me pongo nervioso por el futuro cercano que me espera lleno de viajes y, por qué no decirlo, de complicaciones. Me estaré haciendo mayor.

La Soledad III

He llegado a la conclusión de que me siento solo, de que tengo que hacer algo para superarlo y que no estoy solo físicamente, sino anímicamente. Pero la pregunta es ¿por qué quiero estar acompañado? Bueno, un poco ya lo he explicado en el pasado, pero la razón es que me gustaría compartir mi vida. Ahora bien ¿necesito estar acompañado? Esa pregunta es más difícil de responder, y tras muchas vueltas he llegado a la conclusión de que no. No lo necesito, no es una necesidad imperiosa. Puedo tomarme mi tiempo y elegir bien. Bueno, quizá ya haya encontrado con quién compartir mi vida pero no haya salido bien por alguna razón que se me escapa. Pero por ello no tengo ni que tirar mi vida ni pensar que se ha acabado todo. No sé. Ayer, por ejemplo me sentí acompañado. Fue una sensación muy bonita. Además sentí la compañía porque cuando dejé de estar acompañado, físicamente, me entró una profunda tristeza y, ¿qué es la compañía más que eso? El sentirse agusto cuando la tienes y triste cuando no.

Hace tiempo que perdí el miedo a quererte

Sé lo que piensas aunque tú no lo sepas Intentas engañar a tu propia cordura crees que haces daño por ser como eres pero yo solo te quiero sin más con locura Y es que hace tiempo que perdí el miedo a quererte por las mañanas me levanto pensando en ti por las tarde recuerdo las conversaciones contigo por las noches lloro tu ausencia Cada día que no te veo es el más triste de mi vida y cada instante contigo dura siempre demasiado poco Me gustaría que esta sensación no acabara nunca Y que lo que nos ha unido sea bendecido por siempre

La temporada de baloncesto

Por estas épocas se solían planificar equipos de baloncesto, pero nadie me ha llamado. Y la verdad es que tampoco tengo muchas ganas de meterme en un equipo. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que este año me apuntara tras las malas experiencias del pasado. Además, en los últimos tiempos han ocurrido cosas que me han hecho replantearme ciertos aspectos de mi vida. He aprendido a saber más o menos a quién debo contentar y a quién no. Eso no quiere decir que no me siga equivocando, pero creo que ahora voy por buen camino. Pero nunca se sabe. Me dejo querer en vez de ser yo el que se entrega. Creo que es una buena postura y espero que me traiga algo de felicidad.

El sufrimiento compartido

Ahora me doy cuenta de lo que es importante. A mí me va todo bien, salvo lo de siempre. Pero mis amigos suspenden, se quedan sin curro, se ponen enfermos, les timan, discuten con sus mejores amigos o se les mueren sus mascotes. Entonces, te das cuenta de lo que de verdad importa. Siempre hablo de lo que sufro yo y nunca de lo que me hacen sufrir. Y es cierto, la tristeza de los míos es casi tan dura o más que la mía. Sobre todo cuando no quieren o no pueden hablar de ello. Si tenéis problemas, habladme, de verdad, que yo os ayudaré en lo que pueda. Sé que muchas veces soy deprimente y autodestructivo, pero hay poca gente tan divertida como yo. Suena preportente, lo soy, y además, en este caso, es verdad. Sé que mi humor no es entendido por todo el mundo, pero la gente que me quiere, la gente a quien quiero, sí lo entiende. Últimamente he encontrado muchos motivos para seguir adelante. Y cómo me decían todos, sin buscarlo. A mí me gustaría que fuese mejor, pero es lo que hay. Aunque no