Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2010

El pan nuestro de cada fin de semana

Es posible que este fin de semana pueda tener una nueva oportunidad. De tenerla, tengo claro que la desaprovecharé. Si se va con este afán pesimista es obvio que nunca conseguiré nada, pero es que ya son muchas decepciones ante mi propia actitud como para confiar en mí. Además, no sé cómo se avecina, ni qué proponer ni que hacer. Es una situación que me supera bastante. Por un lado quiero que termine. El otro día lo hablé con algunos colegas y me contaron una cosa que pueda ser cierta. Quiero que termine la situación, eso está claro, pero en el fondo esta situación tiene un toque de emoción que perderé cuando se termine, y quizá tengo miedo a perder eso. ¿Será que me he acostumbrado a vivir con la incertidumbre? No creo que no. Seguramente solo es pánico.

Siempre hay una primera vez

Este fin de semana no tenía ninguna espectativa de nada y he terminado pasándolo relativamente bien, salvo por el hecho de mis problemas mentales. Pero a diferencia de lo que ocurría en el pasado no estoy dejando que me amilane y, aún estando fatal, me aventuro a ir a la calle solo y hacer lo que me apetece. Sería muy fácil hundirme en mi habitación y meterme debajo de las sábanas, pero el viernes decidí llamar a un colega e ir al cine. Después me fui de copas y llegué de madrugada. El sábado me levanté fatal, no dormí ni tres horas... me daba igual, había que seguir adelante, desayuné y cuando sentí un poco más de sueño me fui a la cama, pero no a compadecerme, a dormir y descansar. En vez de de un tirón dormí de tres veces, pero descansé. Cuando peor lo estaba pasando en casa, decidí darme una ducha y salir a la calle, darme un vuelta e ir a comprar. Y es más, volví a llamar a otros colegas para salir por la noche, y a otros para pasar la tarde. Tuve una muy mala cena, una crisis gor

El otro día tuve un sueño

El otro día tuve un sueño que me interesó bastante. Con el tiempo ya he perdido la percepción sobre lo que trataba pero sé que me gustó. Muchas veces sueño cosas que he plasmado aquí. Son historietas. Pocas veces he hablado de los sueños con la gente, y cuando lo he hecho lo he hecho con profesionales de la salud mental, así que tampoco sabía qué contar. Es curioso que no puedas abrir tus sueños al resto de la gente, más cuando crees que están juzgando tu salud o algo por lo que cuentes y cómo lo cuentes. Hay teorías que dicen que los sueños reflejan anhelos sobre cómo nos gustaría que fuera nuestra vida. También reflejan nuestros miedos y temores. En los sueños, por lo tanto, parece que se mezcla la fantasía con la realidad y lo deseado con lo temido. Eso hace que dentro de cada sueño haya una gran historia que si lográsemos arrancar de nuestra mente podría ser de interés público. Alguna vez cuando lo he intentado me he dado cuenta de que hay muchísimos errores argumentales. Supongo q

Los tipos buenos no deben llorar

Estos últimos días han sido muy intensos. Empecé mal, y sigo mal, y por el camino he estado mal. No sé, supongo que todo lo hago por evadirme de la realidad que no me gusta. Estoy hasta el gorro de caer bien a la gente. No, en serio, siempre eres un tipo guay, con el que se puede contar, la gente quiere estar contigo y todo está muy bien, pero después todo el mundo aprecia a los más impresentables, que son los que triunfan. Me da asco la sociedad que no valora a la gente como yo, o por lo menos no como me gustaría que me valorasen. Eres un buen tipo y tal, todo lo que quieras, pero no sirve de nada. En fin, que le den a todo.

De vueltas con lo de siempre

La amistad es un tema que abordo bastante a menudo en el "blog". Y es que no sé definirla exactamente. Se podría decir que cuento con un círculo íntimo de amigos, pero no necesariamente esos amigos son las personas con las que más momentos compartes, por lo tanto esa gente debería ser también tu amiga. Pero no siempre ocurre. A lo largo de los años ya he dicho que hay un núcleo de gente que siempre está ahí y grupos de personas que van rotando. Me he dado cuenta que la rotación de amistades dura aproximadamente dos años y que algunos de estos, solo algunos, se quedan permanentemente. Al lector le haría la siguiente reflexión. Piensa en la gente que vas a ver los próximos días. Piensa cuáles de ellos son tus amigos y piensa hace cuánto tiempo les conoces. Te darás cuenta que hay un núcleo que lleva mucho tiempo, otro grupo no es tu amigo, pero les ves porque son compañeros de trabajo, amigos de otros amigos, vecinos, etc. Y por último habrá un grupillo de gente, que vas a ver,

El rostro empapado

Un día tras otro las cosas no han salido como yo quería. El primer día no esperaba gran cosa, pero acabé tirado en mi casa sin nada que hacer, viendo una mala película. El día siguiente parecía mejor, y hasta lo encarrilé bien. Pero ya me he empezado a acostumbrar al mismo mensaje de quien no quiero que venga. De todas formas parecía que las cosas se arreglaban solas. El día siguiente prometía. Y en efecto, no era lo esperado pero no iba mal, sólo un detalle, no era el mejor día y no se trataron los mejores temas. Otra vez mi cobardía imperó pero hice un par de cosas que me encantaron. En qué me he convertido, en lo que quizá no quiera. Un cuarto día estaba por llegar y nada por acontecer. Me amargué con lo ocurrido y con lo que no ocurría. Fui a ahogar mis penas a otro lugar donde sembré la discordia. Parece que todo lo que acusaron a otros de ser se podría decir de mí, que coincidencia, hasta en eso nos parecemos, por qué no lo ve y por qué no se lo advierto. Para mí no hay tiempo pe

De los regalos

Todos nos hemos tenido que enfrentar alguna vez en la vida al hecho de tener que hacer un regalo a alguien. Hay veces que lo hacemos por compromiso, por una invitación a un evento o por que es lo convencionalmente correcto. Otras veces realmente queremos demostrar afecto a alguien intentando obsequiarle el regalo perfecto. Pero a veces tienes la sensación de que estás comprando la amistad o lo que sea de esa persona a la que le regalas las cosas. En mi caso me lo he planteado recientemente. Pero quiero decir que no lo hago por eso, jamás he querido comprar a nadie con un regalo, cuando un regalo importante lo hago por todo lo contrario para intentar devolver lo que esa persona me ha dado o porque realmente quiero que esa persona disfrute con lo que le he regalado. A veces es difícil hacer entender a los demás, tanto los que ven tu gesto como el que lo recibe. Hace poco hice un regalo a alguien a quien aprecio mucho, y me he dado cuenta de que puede ser contraproducente por todo lo que

¿Se mandan señales o me como el tarro?

Voy a exponer una teoría. Creo que hay gente que desea tanto algo que ve esa cosa que desea en todas partes y es incapaz de discernir si realmente está ahí o es fruto de su imaginación. Supongo que es la teoría del sediento en el desierto. Un sediento que lleva horas paseando bajo el sol agotador del desierto verá espejismos de oasis cada muy poco tiempo, hasta tal punto que si llega a ver un oasis de verdad tendrá la duda de si es de verdad o su imaginación le ha vuelto a jugar una mala pasada. Seguro que todos hemos vivido situaciones similares. En las últimas semanas, la última hace dos días, he tenido esa misma sensación. He hablado con dos personas, sobre temas vanales en general, pero hicieron ambas dos comentarios similares que yo les he buscado un segundo sentido. Y la verdad es que no sé si realmente tienen ese segundo sentido o es que yo se lo quiero encontrar porque lo deseo. Es un fastidio ir así por el mundo, sin saber si las cosas son como deseas o simplemente te ilusiona

Cómo se puede ser tan cobarde

Os acordáis del artículo del 26 de enero, el de la hora de la verdad. Pues bien, tuve la oportunidad. Tuve esos 20 segundos. Y no hice nada. Ha sido tan lamentable que he tardado cinco días desde el lunes en poder escribir algo sobre el tema porque me doy vergüenza a mí mismo. ¿Cómo se puede ser tan cobarde? Sólo pedía 20 segundos, y no , tuve más, un par de minutos ¿y qué hice? Hablar de la imegen de un cristo de una conocida capilla madrileña. ¿Se puede ser más lamentable? En fin. Yo entiendo que la primera oportunidad de la noche la despreciera, porque no sabía que iba a tener tanto tiempo, y en esta había alguien conocido relativamente cerca, pero era mi oportunidad, la buena... no sé, ahora lo pienso y empiezo a creer que nunca podré. Mañana tendré otra oportunidad, puede, pero creo que será más complejo, porque ahí sí que habrá mucha, mucha gente, y entonces me cortaré mucho más. Pero es que hay que tomar la iniciativa ya. No me gusta ponerme límites, pero creo que de este mes no