Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2010

Cosas que pasan

El lunes ocurrió lo que llevaba tres semanas esperando, pero no fue tan bonito como imaginaba. Por otra parte es normal. Ayer continuó y hoy, miércoles no hay ningún movimiento. Como siempre, sigo sin saber que hacer. Aunque como ya dije hace tiempo, supongo que tendré que hacer aquello en lo que creo. Así que si se me da la oportunidad, dejaré que las cosas sucedan sin más. Aunque creo que ya nada volverá a ser lo mismo, para bien o para mal.

La niña con un caparazón de tortuga

Una vez conocí una niña con un caparazón de tortuga. El caparazón se lo puso para que nadie viese lo que había debajo. Aunque de vez en cuando asomaba la cabecita, era asustadiza y siempre volvía a esconderse dentro de su caparazón. En su caparazón la niña estaba calentita, tranquila y a gusto. Tenía miedo a que, si no tenía el caparazón, los demás la viesen cómo es y que la rechazasen o, peor aún, que se aprovechasen de ella. Un día esa niña conoció a un principito. El principito era diferente al de los otros cuentos. Era tímido, muy poco valiente y muy peculiar, pero tenía un buen corazón. El principito le dijo a la niña que por qué tenía un caparazón. Y ella no le respondió. Al ver el caparazón, el principito pensó que quizá tenía algo que ocultar, o algo qué proteger, así que decidió superar sus miedos y ser más valiente para proteger a una niña que tenía un caparazón. A pesar de todo, ese caparazón le asustaba. La niña y el principito se hicieron muy amigos, y a medi

Salir de la enfermedad

Por qué llorar si para nada sirve lamentar es como conformarse el quejido no alivia el dolor y pensar, tampoco el sufrimiento conocí el pasado de la gente momentos dolorosos de impotencia de los que parecía que no se saldría pero al final todos salieron Pero sigue sin haber consuelo ni al saber que otros sufrieron ni al pensar que lo tuyo es menos ni al iniciar algún que otro remedio Al final todo se vuelve sereno la tormenta se aplaca y se puede notar la calma pero aún nos queda el recuerdo Recuerdo de lo que no tuvo que ser, pero fue de lo que se perdió por todo aquello sufrido de lo que se aprendió sin querer vivirlo del daño que hicieron a los que lo compartimos

Itxoiten

Paso las mañanas sentado el tiempo corre y no estás a mi lado miro alrededor y no apareces no sé que hacer para que no se repita Pero cada día es igual yo me quedo esperando pensando que quizá la última fue definitiva Aún así siempre apareces cada vez más distanciada cada vez más alejada Pero apareces Hasta que un día no lo hagas y quizá ese día sea hoy y tengo miedo a que eso suceda y tengo miedo a que ya no te vea Esperando un día más estoy Esperando a verte nuevamente Esperando impaciente para hablar contigo Esperando a contarte lo que siento contigo

Qué sabré yo del amor

Hace tiempo que perdí la inocencia Hace tiempo que perdí mi paciencia Hace tiempo que perdí mi salud Pero no me importaba porque estabas tú Hace tiempo que perdí la ambición Hace tiempo que perdí la pasión Hace tiempo que perdí mi virtud Pero no me importaba porque estabas tú Las cosas que no pasaron ya parece que nunca sucedarán Y eso me disgusta, me apena es una tristeza amplia que me queda y que parece que nunca se aplacará a menos que pueda conseguir lo que quiera Me gustaría tenerte entre mis brazos y que el tiempo allí se detuviera no pensar en nada más, sin pensar en futuros en nada de lo que vendrá y tampoco en lo que fue sólo vivir el ahora, descubrir lo nuevo aplastar los sueños y evadir lo cierto Sin embargo, no todo puede ser lo que yo siento no es compartido y eso me frustra y me aturde por qué los sentimientos no se comparten por que las sintonías no son las mismas por qué los momentos están distantes Pero qué es el amor que cuando estás agusto no se ve pero cuando estás

Un día normal

Hoy es un día normal, como otro cualquiera. Pero no es igual: me falta algo. Todo parece estar en su sitio, he venido a trabajar, he hecho mis cositas y he tenido mi actividad propia de mi puesto. No, no me estoy preguntando qué es lo que me falta, porque lo sé perfectamente. Son varios los meses en los que siempre he tenido la compañía que hoy me falta. No sé por qué me falta, aunque puedo intuirlo. Estamos en una recta final hacia algo nuevo, y supongo que por eso hoy es distinto. Es increible como hay cosas que puedes echar en falta de manera casi enfermiza. En sí no pasa nada, pero me había acostumbrado a la rutina y, cuando se trastoca, lo notas mucho. Soy una persona de costumbres fijas.

Enrique on my mind

A veces me gustaría ser Enrique Bunbury para escribir cosas sin sentido con mil interpretaciones y que encima sonasen bien. Bueno, supongo que esta virtud la tendrán muchos poetas y demás aficionados a la farlopa, pero Don Enrique es al que conozco. Yo no consumo farlopa, pero creo que puedo tener inspiración literaria. Aún así, hay veces que me cuesta crear, y no sé qué hacer. Quizá lo mejor es escribir sin más y plamar lo que sientes en cada momento.

Esto sólo le pasa a uno que yo conozco

Ayer me pasó algo que no me había sucedido nunca, algo que siempre le pasa a otros, y no sé cómo interpretarlo. Y ya me estoy comiendo la cabeza por ello. Pero tengo claro lo que voy a hacer. Estoy maduranado, simplemente. No voy a contar qué ha pasado para no dar pistas, pero bueno, supongo que es una buena oportunidad para olvidar.

¿Y si me largo?

Lo estoy pensando. Quizá este sea el mejor momento para largarme. Para abandonar la ciudad e irme a trabajar a un sitio con un idioma diferente. Lo voy a buscar, puede que no me decida a irme, pero a lo mejor lo haga. Sé que en un mes me querré volver, pero lo habré intentado. Primera búsqueda: Kuala Lumpur.

La pretemporada comienza

Ya empieza a moverse el tema del equipo de baloncesto, como siempre a última hora. Todavía nadie me ha dicho nada, tampoco hace falta. He visto las altas y las bajas y la verdad es que la baja importante sigue sin estar. El agente patógeno que me toca mucho la moral, pero, cada vez tiene menos apoyos. No sé. Si se me pidiera que fuera no sé qué haría. Lo peor de todo es que las dos personas que más me importan en el equipo me generan pensamientos contradictorias. Una no quiere que vaya, o le da igual. Y la otra no sé si irá. Así que no sé, es todo más difícil de lo que debería ser, y eso es lo que me hace plantearme realmente si quiero seguir jugando. Aunque lo único cierto es que es el único ejercicio que hago y me viene muy bien.

Escritor ocasional

Hay días en los que me apetece escribir, días como hoy. Pero no me salen bien las palabras, así que me siento un poco extraño. En esos días lo único que hago es ponerme frente al teclado y contar lo que se me va pasando por la cabeza, como esto mismo que estoy escribiendo. Últimamente me da la sensación de que hablo mucho de que escribo. Quizá se está convirtiendo en algo importante en mi vida o es que simplemente intento evadir otras preucopaciones a través de la escritura. Sea por lo que sea, lo único cierto es que cuando escribo tengo la sensación de que no estoy perdiendo el tiempo. Y quería dejar constancia de este hecho.

Como un cocedero

Cuando mi madre toma quimioterapia le provoca varios efectos secundarios, entre ellos dolores estomacales. Entonces mi madre dice que se le pone el estómago como un cocedero que no hace nada más que retumbar la tapa y salir vapor a borbotenes, como cuando se cuece el pulpo. Pues llevo dos días con el estómago así. Está totalmente hirviendo algo por ahí dentro y no sé qué es. Es increible cómo funciona el cuerpo y cómo responde a las cosas a su manera. Un mundo.

Seguro que todo sale bien

Dicen que la he vuelto a fastidiar por tomar una decisión equivocada. Puede ser. Es cierto que no estoy solo en el mundo y que tengo que pensar las consecuencias de lo que hago. Pero lo he hecho, y creo que este asunto va a salir bien. Es cierto que necesito cooperación y comprensión, pero no sé por qué de antemano se tiene que pensar que es una mala idea. Cada persona es diferente y tiene diferentes valores y formas de afrontar la vida. Yo creo que la situación en la que me he metido es compleja e, incluso, podría salir mal, pero ahí estaré yo para que no ocurra nada raro y pueda ser una bonita experiencia. No lo hago por fastidiar ni nada por el estilo, aunque he de reconocer que se me ha escapado un poquito de las manos. Pero bueno, no quiero darle más vueltas, que no me viene bien.

La amistad necesita cuidados

Llevaba unos días sin escribir, sin duda era por la falta de preocupaciones. Hoy he vuelto, esto es síntoma claro de que tengo que ordenar mis ideas. Y es que no escribo por escribir, escribo para encontrar algo. Supongo que ese algo es una respuesta, una solución a todo lo que pienso. Hace mucho tiempo - bueno, quizá no tanto - que quedó claro que no había que pensar, pero es difícil cambiar de forma de ser. Así que creo que pensaré y pensaré. Lo importante es no dejarte agobiar por los pensamientos. Hace unos días tuve una revelación. No hay que pensar raro, no encontré una inspiración divina. Simplemente una persona me dijo una cosa que me ha permitido atar una serie de cabos sueltos en los conflictos personales de mi vida. Y no sé qué hacer ni cómo tomármelo. Voy a intentar desarrollar lo acontecido: Una persona ha estado hablando mal sobre mí. Ha dicho cosas falsas sobre mi personalidad y ha exagerado algunas de mis conductas haciendo un pequeño defecto como el que puede tener cua

Luchar por un deseo

Estamos a punto de dejar la primavera. Bueno, todavía quedan unas semanas. Se supone que esta temporada es la peor del año para las cosas de la cabeza y, hasta el viernes, no recordaba una primavera tan feliz desde hacía años. Sin duda ha habido un argumento que ha hecho que esto sea así. Sin embargo, la felicidad no es plena, porque no se finaliza ese argumento. Ayer me di cuenta de lo difícil que es seguir adelante, aunque me gustaría saber por qué. Aún así, creo que me aferraré, total, sólo pierdo un poco más mi deteriorada salud mental. Tengo que luchar por lo que considero bueno y perder, pero si no lucho, como he dicho otras veces, me arrepentiré más aún de no haberlo hecho. No creo que necesite suerte, necesitaré carisma, poder de convinción y oratoria, pero, sobre todo, que haya algo ya, porque si no, me parece que es imposible.

Me estoy convirtiendo en un nini

Si no realmente, si en actitud frente a la vida. No me apetece hacer nada. Vago por el mundo de aquí para allá sin rumbo fijo y sin sabér qué quiero hacer conmigo mismo. Cualquiera podría pensar al verme que hago cosas que me gustan e, incluso, que hago lo que quiero. Pues no es así, simplemente hago lo que creo que en cada momento es mejor con el miedo al saber que mis decisiones tienen consecuencias para mí y para terceros, y eso agota anímicamente. Por eso creo que lo que más me gustaría es esta en un parque tumbado al sol sin nada que hacer ni decir. Vivir la vida sin más. Ya sé que el vivir la vida dista mucho de dejar pasar la vida sin más, pero es que creo que cuando no tienes ni argumentos ni fuerzas para vivir la vida como es debido, lo más cercano es dejarla pasar y aprovechar aquellas oportunidades que consideres interesantes en cada momento. Eso sí, una vida así te aisla de lo que se supone que es lo políticamente correcto hasta el punto de poder llevarte a la marginación y