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Mostrando entradas de enero, 2010

Aceptación

La aceptación es la pérdida de la esperanza. No puedes aceptar aquello que no quieres que se prolongue eternamente. Es difícil aceptar el rechazo, la muerte, la enfermedad, en definitiva, lo negativo. Es fácil aceptar el amor, la amistad, la fortuna; lo positivo. Yo me estoy negando a aceptar mi realidad. Sé que está ahí, sé que es así, pero no quiero que lo sea, por eso me niego a aceptarlo. Por lo menos no para siempre. Me niego a creer que la situación no pueda cambiar, que después de todo no haya nada más. No quiero creerlo, no me apetece perder la esperanza. No sé, quizá esto me haga más daño que beneficio, pero no puedo echar la vista atrás y hacer como si no hubiera pasado nada, como si todo lo que pasa por mi cabeza no lo hiciese. No lo puedo aceptar.

La hora de la verdad

Cada día me doy más cuenta de que es la hora de la verdad. Estoy en el momento en el que tengo que dar la cara sea lo que sea. No hay marcha atrás, la suerte está echada. Creo que este fin de semana, el sábado, llegará el momento. No he tenido ninguna opción desde que lo pensé, pero estoy casi convencido de que el sábado voy a poder tomar la iniciativa y agarrar el toro por los cuernos. Seguramente el lunes comentaré ligeramente la jugada, pero creo que puede darse la posibilidad. Vuelvo a estar nerviosísimo y esto me genera un malestar generalizado. Pero la verdad es que no puedo remediarlo. Este fin de semana, y ya son muchos, vuelvo a confirmar que es la buena opción, que es que tiene que ser así, y no veo por qué tendría que ser de otra manera. Aún así todo no depende de mí. Es todo un poco difícil, todo sería más fácil si consiguiera un espacio vital de soledad que no logro tener. Sí, quizá consigo 20 segundos apartado, pero no aislado, necesito aislamiento y unos minutillos algo

10 días pueden ser muy intensos

Llevaba un tiempo sin escribir y no por falta de cosas que contar. Los últimos 10 días han sido muy intensos y me han ocurrido muchas cosas de la vida social. He terminado de ver una serie documental, me he enganchado a un culebrón, me han operado, he asistido a tres cumpleaños y estoy de baja, todo ello en diez días. Así que no sé muy bien por dónde empezar, ni siquiera sé si escribir un post sobre todo esto o hacerlo por capítulos. Bueno, empecemos por el principio. Todo empezó hace dos fines de semana, el jueves. Quedé con un socio colaborador para hablar de la empresa y el futuro de la misma. Mientras le esperaba en la parada del metro me fijaba en los zapatos de las mujeres que pasaban por la Gran Vía, y es que a una amiga le quería comprar eso por su cumpleaños y tenía que fijarme en las tendencias de la moda actual para estar totalmente a la moda. Se llevan las botas. En ese momento me empezó a doler bastante una parte del cuerpo, empezaba a sufrir una infección subcutánea en un

Asunción

Asumir algo es saber que la realidad está ahí fuera. Con independencia de que te parezca bien o mal, las cosas ocurren y son así, y más cuando tú no puedes hacer nada o muy poco por cambiarlo. Te pasa cuando tiras la pelota en el tejado de otra persona. Quizá esa pelota no sea devuelta, lo asumes, aunque no quieras. Si pierdes a un ser querido terminas asumiendo que es así, si te sale algo mal, tarde o temprano te das cuenta de que es real, que el resultado es ese. Al fin y al cabo, lo difícil de asumir es lo negativo. Lo positivo se asume con tanta facilidad que a veces asumes cosas que no son reales. Ahora mismo he asumido mi actual situación, es odiosa, pero es la que es, y ahora lo sé.

He vuelto a soñar

Hace mucho que no me ocurría, pero vuelvo a quedarme dormido por el día. Estoy en la mesa y me entra sueño, viendo la tele, comiendo y me tengo que ir pronto a la cama porque no aguanto. No sé si será cansancio acumulado, mental o físico, o simplemente es que la vida me aburre tanto que prefiero dormir. Si estuviese en una película norteamericana cuyo protagonista reside en la mísera Europa que el cine negro retrata, creo que cogería una maleta de madera de debajo de la cama y buscaría una nueva salida, sencilla pero lo suficiente lejos para que no haya vuelta atrás y el resultado feura eficaz. Bueno, dejo de escribir esto porque realmente me estoy quedando sobado y no sé muy bien lo que estoy haciendo.

Superación

El superar los problemas y los reveses con los que te encuentras a lo largo de la vida es lo más difícil que hay. Puedes tardar años en superar estas cuestiones. Ahora mismo estoy en un proceso en el que creo que jamás voy a superar mi dramática situación. Es lo que hay, es más, ni siquiera sé si quiero superarlo. Parece que nadie racional querría estar enfangado hasta el punto de no querer superar aquello que le hunde, pero a mí ya me da igual. Realmente no quiero superarlo, por qué tengo que superar algo que no quiero superar. Sí, sería más feliz, pero ¿realmente quiero ser más feliz? E ahí la cuestión del problema ¿Sería feliz realmente si supero esto? Todo es complicado.

Impotencia extrema

El último fin de semana tuve la oportunidad que llevaba tanto tiempo esperando, y no hice nada. No me quedé exactamente paralizado, simplemente creí que no era el momento. Pero mientras me echaba atrás me daba cuenta de que estaba cometiendo un error. Entonces ¿por qué no hice nada? Es una sensación de impotencia extrema, no poder hacer algo que quieres hacer simplemente porque no sabes las consecuencias. Es curioso, porque en la mayoría de los aspectos de la vida me importan poco las consecuencias de mis actos y eso me ha llevado algún problema pero también alguna satisfacción inesperada. El caso es que quería compartir esta sensación de frustración. Es obvio que tendré más oportunidades, pero ahora temo que reaccione de la misma manera y que las oportunidades se vuelvan absurdas. Bueno, esta última frase parece no tener sentido, pero yo sé lo que me digo.

La historia se repite

Llevo unos días ya desde que volví a tener que tomar pastillas y todo eso. Dos semanas hace de la crisis de ansiedad, bueno, un poco más, y parece que se está estabilizando, por lo menos no voy a peor. Al principio pensé tener claro el origen, y puede ser que sea así, aunque a lo mejor sólo fue el detonante y que debajo había algo más. El caso es que la otra vez que tuve una crisis gorda, hace cuatro años, fue en la misma fecha. Así que parece que el tiempo me afecta más de lo que creo. Además justo en esa época es mi cumpleaños, no sé si tiene algo que ver, pero es un factor que también está ahí. También coincide otro factor, es una época en la que incias actividades. Todo ello es algo que me saca de la rutina de los últimos meses, un cúmulo de situaciones que pueden afectarme de alguna manera. En fin, espero que se me vaya pasando y que pueda hacer las cosas que me apetecen.