Entradas

Mostrando entradas de 2010

Retrospectiva

He vuelto a mirar los mensajes del pasado y he pensado en lo que ocurrió. ¿Qué ha pasado durante estos últimos meses? Supongo que ni yo lo sé bien. El caso es que parece que estoy en un punto similar al que estaba hace tres meses, pero no es igual, porque sí que han cambiado mucho las cosas. Realmente no sé si me aferró a una realidad que no puede existir o me alejo de una realidad que está ahí. Supongo que el no tener yo la sartén por el mango me hace tener todas estas dudas. Ahora estoy agusto, pero, no sé muy bien a qué es debido. La situación cambió, pero no sé a dónde irá. Durante tiempo me he autoconvencido de que esto es lo mejor. Es decir, dejar pasar el tiempo y ver qué ocurrirá en el futuro. Pero si descifro los mensajes que mencioné antes, quizá no hay futuro, sólo presente. Y ¿quiero este presente? No lo sé. la gente toma sus decisiones, y lo hace porque es así. No porque esté confundida o equivocada, sino porque es lo mejor en cada momento. Es algo que siempre he defendido

Física y Metafísica

Normalmente me gusta tirar del diccionario para expresar lo que siento o pienso de las cosas, pero hoy no lo voy a hacer porque me gustaría tocar un tema muy íntimo y personal. Se trata de la relación etre la fe y la muerte. Cosmogonía: Para mí es evidente que hay una diferenciación clara entre lo físico y lo metafísico. Lo físico es aquello que vemos realmente y que está sometido a unas leyes universales, que se puede estudiar e incluso hacer análisis sobre ello de una manera objetiva. La Física es una ciencia bastante precisa e intuitiva y se puede racionalizar su estudio con la experimentación y la observación. La metafísica, por el contrario, necesita de la fe para su observación. No discurre por leyes universales, por lo menos conocidas, ni su análisis permite investigar nada ni sacar deducciones precisas sobre nada. Por ello el estudio metafísico requiere del planteamiento de ideas y teorías que no se pueden probar y que sólo podemos compartir o rechazar de acuerdo con nues

Algo de buena onda dentro de las cosas malas

He vuelto a entrar en una dinámica de monotonía. Y, creo que está bien así. A veces es bonito salirse de la rutina, pero creo que yo soy costumbrista y me gusta tener mi vida más o menos organizada. Ahora mismo estoy en una difícil situación familiar, pero creo que me he adaptado a los cambios ocurridos. Si es que te puedes adaptar a esto. Quizá sigo teniendo algún miedo a que todo me desborde, pero creo que estoy controlando bien. Con momento de flaqueza natural, pero bien. Tengo algún secretillo, algunas personas que me ayudan, y eso siempre se agradece. Espero poder corresponder.

El único momento en el que me encuentro bien es junto a ti

Así decía una canción de The Kinks. No sé si es verdad, pero muchas veces lo siento. Estoy cansado y apático. Soy un poco gandul y creo que no hago todo lo que puedo. Pero a veces pienso que es que no doy para más.

Implicar a la gente en tus problemas

Hace poco viví otro de esos episodios de conflicto de intereses entre gente que se considera amiga. He hablado con gente que conozco sobre diferentes opiniones sobre las relaciones sociales y me ha interesado una que decía que no te debe importar lo que la gente diga de ti, simplemente tienes que hacer tu vida. Puede que sea una simplificación, pero a veces esto podría evitar muchos problemas y conflictos entre amigos. El hecho al que me refiero sucedió cuando hubo una persona que se enfadó mucho porque se sentía perseguida por otros miembros. La sensación de acoso, a veces, puede ser solo eso, una sensación, pero aunque sea así, también habría que tratar de solucionar ese tema. Quizá si esta persona no le hubiese dado importancia, pues se hubiese acabado en ese momento, pero sí que hubo opiniones y se le dio importancia. Una lástima. Al final creo que todo se arreglará, pero me siento en parte responsable de la situación, porque yo fui quién metió a esa persona en el asunto. Sé que yo

Acróstico

Tengo Una Visión Irreal De Algo. Nunca Obstaculizaría, Viendo Algunas Lecciones Estudiadas, Nada Anárquico Desde Aquí.

Desconocimiento profundo y pleno de las cosas

Desconocimiento profundo y pleno de las cosas. A veces esa es la sensación que te deja el paso por la vida. Tantos años y sin aprender. Pero aprender ¿qué? Lo único que parece cierto es que nos movemos por sentimientos. Lo que sentimos, lo que nos dice el medio, eso es lo que nos condiciona. Estamos atrapados irremediablemente en nuestro entorno, queramos o no queramos. Somos seres sociales y nos debemos a nuestra sociedad. La aceptación y el rechazo se vuelven fundamentales en esta agonía o alegría en la que se puede convertir la existencia humana. Si somos seres sociales, como entender el aislamiento, voluntario o no. Lo rechazamos. Pero, ¿cuál es el mayor de los rechazos? No tengo respuesta, sólo miedo. El miedo nos pone alertas ante una posible situación potencial de peligro, pero el miedo a veces paraliza. Además el miedo puede ser vivido desde la colectividad y, como no, usado para controlarla. Una masa atemorizada es fácilmente sugestionable y moldeable. Quizá vivamos momentos d

Apatía

Hoy es uno de eso días en los que siento frío. Estoy nervioso y algo me preocupa. En realidad me preocupan muchas cosas, pero creo que ninguna lo suficiente como para quitarme el sueño, aunque, sinceramente, creo que deberían. No sé qué hacer para centrarme. La verdad es que no me apetece trabajar nada ni hacer nada. Estoy muy apático. Quizá esa es la situación que me describe: apatía. ¿Cómo hacer frente a la apatía? Pues no lo sé. Pensaré en ello a ver si encuentro una respuesta.

Remando en el mar

Nos reunimos toda la promoción del 97 tras varios años sin vernos. En esa reunión decidimos hacer un viaje juntos por la Riviera francesa. Una buena propuesta como todas. Sentirnos jóvenes de nuevo con la misma gente con la que compartimos la adolescencia. Llegó el día del viaje y no faltó ninguno. No había nada que reseñar. Estuvimos viendo la zona y visitando diferentes ciudades de la Provenza. Lo bonito fue volver a conocer a la gente y ver cómo les había ido en estos últimos años en los que muchos han estado desaparecidos. Pero las vacaciones se acaban, y estas también. Teníamos que bajar a la playa para coger nuestro crucero que nos llevaría a casa. Era invierno, y nevaba. No sé hace cuánto que no nieva en esa región, pero el frío polar se sentía en los huesos. Mucha gente quería abandonar el pueblo, y la única manera era por mar. Es increible que tanta gente viaje en esta época del año. Tras salir de un zulo en el que habíamos organizado una fiestecilla bajamos a la playa. El tra

Vuelta a los polígonos

Ayer hice algo de lo que no estoy orgulloso. Sobre todo porque había prometido no volverlo a hacer, y no solo a mí, sino a personas que son importantes para mí. Pero bueno, me dejaron lo que no deberían. Me prestaron un coche de gasolina de 150 cv. Y nos fuimos a los polígonos para probarlo. No sé, a veces piensas que lo mejor es quedarte estampado en una de esas curvas, pero no sé si merece la pena. La adrenalina sale, y te sientes algo mejor. Probar los neumáticos, la dirección, las pastillas de freno. Debe ser como una droga, una droga que prometí no volver a probar. A diferencia de otras veces, ayer sentí miedo. Ya eso no es para mí. Quizá era la última vez que tenía que ir, la definitiva, la que me mostró que el peligro existe y no compensa. Eso sí, creo que la de ayer sí que fue realmente la última. No más carreras, no más aceleraciones, no más circuitos... se acabó.

Bioética

Ni siquiera sé muy bien qué es la bioética, pero aún así, como tantas otras veces, me atrevo a hablar de ella. Mi planteamiento va sobre las enfermedades que existen y las que no. Todo esto parte de la idea de la reproducción asistida y de la posibilidad de que en un futuro no muy lejano haya reproducción totalmente artificial. Cuando se habla de la medicina, se piensa en poner remedio a las enfermedades, discapacidades y disfunciones de una persona. Siempre se habla de no hacer daño al que acude al médico y de resolver el problema si realmente existe y se habla de negligencia cuando no se tienen en cuenta todas estas cosas y no se atiende de manera correcta (creo que se dice buena praxis) al paciente. En este sentido, cuando un padre o una madre no pueden tener hijos, es decir, son estériles, posen una enfermedad y una disfunción, el médico se plantea poner remedio a esta situación. Yo creo, desde un punto de vista totalmente filosófico y ético, que el médico debe poner remedio a su e

Insomnios con chocolate

La noche de ayer fue extraña. No pude conciliar el sueño agusto porque me puse a pensar. Si tienes la cabeza funcionando no se puede dormir, es algo que tengo más que demostrado. El caso es que me levanté, cogí el portátil y me comí un poco de chocolate y me puse a escribir. Aclaré mis ideas y me fui a la cama. Pero notaba que había algo especial, una conexión extraña entre dos personas. Al día siguiente lo confirmé, esa conexión existe. Y no asusta, a mí por lo menos no, pero es porque yo no me agobio con estas historias. Las asumo, sé que la gente está conectada. No es la fuerza del destino pues, el destino no existe. Es la fuerza de los sentimientos que hacen que las palabras, los silencios, los gestos y los momentos, nos dejen en la mente anclas que permiten aferrarnos al corazón de los seres queridos y empatizar con ellos. Nada más, tiene una explicación más que lógica. El cómo le llamemos a eso es indiferente, lo importante es saber que esas conexiones existen y saber aprovecharl

Echar la culpa a los demás

La gente tiene la costumbre de echarle a los demás las culpas de sus frustraciones, de lo que no sale bien y de lo que nos gusta. Muy bien pero ¿hemos pensado que quizá nosotros somos los máximos responsables de estas situaciones? Supongo que es más fácil echarle la culpa a los demás. Cuando hay que hacer cosas se hacen, digo yo, y no hay que andar siempre con esas chorradas. Vamos digo yo. Es que hay gente a la que le gusta mucho complicar a los demás con su basura. Pero ¿seré yo de esas personas? Creo que no. Aunque esto se ve mejor desde fuera.

Estabilidad emocional

Estoy teniendo la sensación de que me estoy estabilizando emocionalmente, aunque esto puede ser porque se está acabando el otoño y está empezando el invierno, una época monótona y aburrida, sin alergias, sin excesivos cambios de temperatura. Yo siempre he dicho que soy más de verano, pero en verano estoy más activo y me da más para pensar, y eso a veces es malo. En cambio, ahora parece que todo va más o menos como tiene que ir. Esto no quiere decir que se acaben los problemas y que no haya cosas realmentes que resolver y difíciles de sobrellevar, lo único que refleja es que ahora me los estoy tomando con más calma. Me siento, además, menos solo. Aunque claro, esta sensación puede cambiar en cualquier momento, pero no sé por qué ahora confío en que no. Todo podría ser más bonito, pero bueno, hay que intentar disfrutar de las pocas alegrías que hay y saber capear las dificultades que siempre están ahí.

La mala gestión de los conflictos

Obviamente no soy un dechado de virtudes, pero tampoco creo ser una mala persona. A veces me encuentro en medio de conflictos que muchas veces yo mismo he generado. Eso quizá me convierte en un "metepatas" pero no en una mala persona. Me fastidia que la gente se enfade conmigo sin darme la oportunidad de defenderme. Y no quiero convencer a los demás de que lo que yo he hecho sea correcto, lo que intento demostrar es que mi intención nunca es maligna. No tengo malas intenciones para nadie y sólo tengo buenos deseos. A veces me he visto salpicado por esa serie de conflictos personales, casi siempre fruto de malentendidos, pero no es porque me guste la bronca, es porque soy incapaz de callarme y no implicarme. Sí, es un problema y, en muchas ocasiones, un error, pero no por eso soy malvado. Últimamente he tenido muchos conflictos con una persona en concreto, la diferencia es que siempre lo hablamos, siempre, siempre, y lo resolvemos. Y yo creo que gracias e ello cada día nos que

De vueltas con la empatía

Voy a tirar de RAE: Cinismo: 1. m. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. Hipocresía: 1. f. Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan. Empatía: 1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. A mi se me acusa amenudo de cinismo y de falta de empatía. Pues yo niego estas afirmaciones. Sí que soy empático, de hecho creo que soy demasiado empático. Me pongo demasiado en la piel del progimo y muchas veces me hace daño. Una cosa es que sea empático y otra que sea tonto. Yo sé, como casi todo el mundo, las cosas que pueden sentar y pueden sentar bien a la gente. Pero también sé que eso a veces se utiliza y que poca gente se siente tan mal como yo cuando hace daño a alguien. Cuando se me acusa de cinismo, en realidad se me quiere acusar de hipocresía. Esto sí es un problema mío, y es que no soy capaz de transmitir mis sentimiento

El silencio

El silencio te golpea nuevamente con la fuerza que sólo las cosas imprevisibles es capaz de lograr la sensación de vacío interior es la que permite que algo tan simple te hunda irremediablemente como si no hubiese nada más en el mundo que pudiese levantar tu ánimo tras no oír nada las voces murmullan cosas a tu alrededor que eres incapaz de comprender porque solo hay silencio El silencio que sientes no es real ni es efímero como el batir de las alas de una mariposa en el campo El silencio que no oyes es el que no genera tu corazón al palpitar por las ganas de abandonar todo es el no querer seguir adelante con todo aquello que sólo cumple papeles secundarios en tu vida es el no querer contagiar a los demás tu estado letárgico de muerte en vida que genera el silencio Hay quien dice que en silencio te puedes encontrar con la persona que realmente eres y meditar la forma más sencilla de reflexionar sobre lo que hiciste en el pasado y qué haces en el presente la forma de planficar tus accio

Yo no soy tan mala persona

No soy una mala persona, tampoco buena, supongo que seré normal en este aspecto. Lo bueno y lo malo, salvo que seas un fundamentalista o tengas la doctrina moral de algún códico concreto muy inculcada, es algo bastante subjetivo, aunque sí que es cierto que hay una serie de valores comúnmente aceptados como positivos y negativos. Desde este punto de vista, de los valores comúnmente aceptados, creo que no soy mala persona. Pero bueno, supongo que habrá diversas opiniones. Quizá yo sea el más crítico conmigo mismo en estos asuntos de la moral. Puede que ni yo mismo cumpla los requisitos morales que yo mismo fijo como buenos, y eso me genera cierto malestar. Es un poco absurdo porque podría rebajar mi listón moral o, simplemente, ser moralmente aceptable para mí. Pero lo cierto es que no hago ni una cosa ni la otra. Pero una cosa es que yo sea crítico conmigo mismo y que me dé caña para intentar ser mejor persona según mi propia escala de valores, y otra es que los demás utilicen esta aut

Un pensamiento

Voy a escribir un pensamiento. Últimamente me he dado cuenta de que no sé cómo tratar bien a la gente y que me preocupa mucho hacerlo. Así que, simplemente, pedidme las cosas. Hay gente que creo que piensa que soy su amigo, y no lo soy, soy sólo un conocido. A mis amigos se lo digo, se lo recuerdo. Si nunca dije cosas bonitas sobre ti, si nunca te dije que te quiero, si nunca te di un abrazo, posiblemente no te considere un amigo. Eso no quiere decir que te odie, simplemente que sólo hemos compartido momentos por circunstancias, amistades comunes o encuentros casuales. Hace poco me dijeron que los amigos son los que están contigo cuando ellos están bien. Yo, llevo mucho tiempo sin estar bien de verdad, pero hay momentos en los que sí que lo estoy, y creo que la gente con la que he estado cuando he estado bien, lo sabe. Pero también me apoyo cuando estoy mal, porque yo necesito mucha ayuda. Ya me gustaría a mí ser fuerte e independiente, pero no lo soy, y días como hoy, en los que estoy

Sentimientos encontrados

Tengo sentimientos encontrados debido a lo que pienso y creo y lo que me dice la gente. Se supone que no te debería importar lo que dice la gente, pero también hay gente que te quiere y se preocupa por ti. ¿Qué es lo que me dice esa gente? Lo que no quiero oír. Cuando la gente que se preocupa por ti te dice lo que no quieres oír solamente hay dos posibilidades, o que no sepan de lo que hablan o que estés profundamente equivocado. Y ese es mi estado ahora mismo, que no sé por donde tirar. Bueno, la verdad es que sí que lo sé, lo malo es que no me siento apoyado en ese camino por eso mismo que estoy diciendo, así que voy con mucho miedo porque no estoy del todo convencido. Quizá sí que estoy convencido de hacerlo, pero no me encuentro avalado y me entran muchas dudas. Lo peor de todo es que esto me puede afectar muchísimo a mi salud. O eso me dicen.

Decepciones

Últimamente me he rodeado de decepciones. Yo decepciono, me han decepcionado y he visto gente que ha decepcionado. ¿Qué es la decepción? No es más que no poder cumplir las espectativas puestas. Quizá lo que más me molesta es cuando me decepcionan a mí, pero tampoco me gusta que decepcionen a mis amigos o a mis seres queridos o, incluso, cuando soy yo el que decpciono. En este último apartado además, a veces también me decepciono yo conmigo mismo. En los últimos meses yo me he decepcionado. Quizá no he sido capaz de cumplir una serie de espectativas que se habían puesto en mí. Pero es que yo no soy perfecto, y quizá se me ha exigido mucho. Además, esto me ha ido agobiando un poco. Otras personas de estos meses me han defraudado a mí. A algunos ya les he perdonado, a otros les he reclasificado y ya no espero lo mismo de ellos, y a otros directamente les he ido apartando. En cuanto a los que decepcionan a mis seres queridos, hay veces que me ha dolido bastante, pero creo que lo mejor es n

Necesidades

Mis ideas se están ordenando. Esta semana pasada ha sido muy difícil, y terminó con un chungo que me dio ayer. Por agotamiento, por estrés, todavía no lo sé, pero mi cuerpo dijo basta. Nunca me había pasado. Alguna vez mi cabeza había dicho basta, pero mi cuerpo no, siempre confiaba en él, pero parece ser que tampoco puedo dejarlo caer hasta la extenuación. No es sano, y creo que eso es lo que he hecho los últimos días. Si no me cuido, no podré estar ahí para los que me necesitan. Y es que yo necesito que la gente me necesite para ser feliz.

Afloran los sentimientos

Tengo una rara sensación de malestar dentro de mí. Es cierto, parece que sólo me acerco a escribir cuando tengo alguna preocupación negativa. Pero es así. Acabo de mantener una conversación que se ha quedado a medias, y no sé por qué. Ha podido ser porque el contenido de la misma era inapropiado en este instante, porque ha aflorado sentimientos o porque, realmente, tenía que acabarse porque no había tiempo. Quizá nunca lo sepa, o sí, y a eso es a lo que temo. Espero que todo lo conseguido estos días no vaya más allá. Y esto me hace pensar. ¿Quién soy yo? Es decir, ¿soy buena persona? A veces tengo la sensación de que utilizo a las personas en mi propio beneficio sin importar lo que les hago. Pero no, no puede ser, yo no soy así. Entonces ¿por qué tengo esa sensación? Realmente sé qué quiero en este momento y sé que no puedo obtenerlo pero que, con paciencia, podría lograrlo. Y creo que ahí está una de mis mayores fuentes de preocupaciones: la impaciencia. Tengo que aprender a ser más e

El regusto amargo de la vida

Ayer por la noche me cargué de optimismo, algo raro en mí. La verdad es que estaba empapado de lágrimas y con los sentimientos totalmente rasgados tras un par de conversaciones que me dejaron aflorar todo lo que llevaba ahí guardado y que necesitaba sacar. Tras ello pensé que ya tenía claro lo que quería y que podría conseguirlo. Sí, quizá no tenga el final deseado, pero es el camino, y ya lo sé. Y eso me llenó de positividad. Yo estoy convencido de que todo saldrá bien, así que no hay nada más que hablar. Con el tiempo revisaré esta entrada y veré qué quedó de aquello, ya que mi vida cambia demasiado deprisa. Y eso que yo quiero llevarla despacito. La vida tomada a sorbitos es mucho mejor y se saborea más, aunque a veces deje regusto amargo.

Equilibrios inestables

Tengo una extraña sensación con una persona de mi entorno. Estoy en un momento muy bueno de nuestra relación, pero cuando estás en un punto de equilibrio, siempre te queda la duda de si es un equilibrio estable o, por el contrario, es susceptible de variar. Normalmente, si estás en un óptimo, cualquier varación irá a peor. Y eso me asusta. Ahora mismo estoy agusto con mi situación personal, y una variación hacia un lado que no deseo, sería muy negativa, porque me haría pensar y tener que elegir, y no quiero elegir, más que nada porque ya lo he hecho en una situación de facilidad, y que las cosas se compliquen sería algo violento. Una variación hacia otro punto, convertiría nuestra relación en algo menos bonito y tampoco quiero que ocurra eso. Parece que nunca puedese estar totalmente a gusto con lo que te toca vivir.

La teoría de cuerdas

El otro día salí con mi grupo de colegas físicos y pillé a uno por banda para hablar de la teoría de cuerdas. Por hablar de algo. No me quedó muy claro, así que lo voy a exponer para que algún alma caritativa aclare mis lagunas, que son muchas. La concepción que tenemos de la física cree demostrar que las partículas son puntos situados en el espacio y en el tiempo. En este sentido, las partículas se mueven en el espacio dentro de tres dimensiones y en el tiempo dentro de una. La peculiaridad de la dimensión temporal es que, en principio, las partículas se mueven siempre hacia delante y a una velocidad constante - dejaré de lado las teorías que hablan de que el tiempo es relativamente más lento cuando nos acercamos a la velocidad de la luz y tal porque se me escapa mucho- de un segundo por segundo. Pues parece ser que con esta concepción de la física es difícil explicar algunas partes de la física relativas a la gravitación universal y demás. Para resolverlo, la física teórica ha ideado

Superar dificultades

Me he sentido mala persona por no llorar las penas de los que quiero, pero es que a veces tienes fuerza suficiente, o eso crees. Quizá sólo sea incapacidad para comprender o asumir el estado real de las cosas, o simplemente sea frialdad. No lo sé, pero me ha costado derramar lágrimas. Ayer por fin lo hice, y no sé por qué lo hice. ¿Sería porque estaba incómodo o por una pena real? Supongo que dará igual, el caso es que yo creo que todo saldrá bien. O no, lo que no me gustaría que esto se prolongara en un acontecer eterno que te iría desmoralizando poco o poco. Es difícil evaluar qué es lo que sientes y qué es lo que quieres en momentos como estos. Sabes que esto terminará, pero si termina bien te gustaría que acabase lo antes posible, pero si no acaba bien, pues nunca sabes qué elegir. Habrá gente que lo tendría más claro, pero yo no. Y no me atrevo a abrirme con mucha gente para que me ayuden. Siempre me queda una sensación de persona insensible por detrás. Es un mal momento, como he

Desesperanzado y melancólico

Sigo dándole vueltas al mismo tema, una y otra vez, día tras día, noche tras noche. Reviso los acontecimientos por si algo se me escapó en su momento. Al final, como decía un colega, la explicación más sencilla suele ser la solución al problema, aunque el problema no es sencillo. Pero da igual ahora mismo por qué se produjo un problema, el tema es que no se pudo resolver a tiempo. Y eso me frustra. ¿Habrá marcha atrás? Por mí sí, pero como he dicho otras muchas veces, no depende de mí.

El amor libre

Quisiera poder decir algo que cambiase la situación. Poder tener el control de tu mente para que me viese de otra manera, pero quizá ese sería el principio del fin. Supongo que ese es el planteamiento básico de mi creencia teológica, y esa es la base en la que confío para establecer mis relaciones sociales. Tú quieres que te aprecien pero tal como eres y no cambiar tus actitudes para que los demás vean cosas que no existen. Si la gente te quiere por ser tu mismo, serás feliz, si quieren a una imagen irreal de tu persona, no serás feliz porque no te quieren a ti, quieren a esa fachada que has creado. El amor ha de ser libre, y cuando no lo es no es amor. Este quizá sea el fruto de mi tristeza, que no sé cuándo hay amor, cuando hay fachada y en qué consiste toda esta situación.

Mi decisión

He decidido dejar pasar el tiempo. Vivir al día y no marcarme metas difíciles. En ese tiempo, conoceré gente, viviré cosas, haré cosas y me comprometeré. Pero mi tiempo va destinado a una espera, de esperanza. Espero a que llegue un día, un nuevo día en el que todo vuelva a lo que yo considero la normalidad. Me dirán que no debo esperar a nada. Y en el fondo no lo hago, simplemente voy haciendo mi vida con normalidad pero sin condicionar nada. Es decir, no quiero cambiar nada de mi vida, no hacer ninguna locura y no dar giros inesperados. Todo tranquilo, racional. Y sí, sé que al final hay una esperanza. En este tiempo, quizá cambie de opinión, no lo descarto, pero está decidido que de momento va a ser así. También es cierto que creo que esta situación no durará mucho, y que si lo hace, a lo mejor, cambiaré. Pero todavía ha pasado poco tiempo. Leeré esto en el futuro con perspectiva. Pero ahora no puedo pensar de otra manera, no después de lo que pasó.

Decisiones

Una persona quiere algo. Otra persona quiere lo mismo. Las dos personas se encuentran y deciden colaborar para conseguirlo. Pero una persona se rinde a la primera dificultad. ¿Qué debe hacer la otra persona? Estoy dándole vueltas a un dilema como ese. Y la verdad es que es muy difícil. Pero he tomado una decisión. Si crees en algo, vas a dedicarle empeño y vas a tener la conciencia tranquila si te mueves para conseguirlo. Si haces algo sin convicción, estás acabado. Por eso, aunque la decisión que he tomado sea incierta y pueda tener consecuencias tanto positivas como negativas, creo que debo llevarla a término, porque es en lo que creo.

9 días

Llevo unos días sin escribir. Ha pasado más de una semana de uno de los incidentes más tristes de mi vida. En sí, no me ha pasado nada, pero ha sido muy triste. Tengo alguna noticia sobre cómo está la situación después de aquello, pero pocas. Bueno, ese era el objetivo. Ayer también vi que hay cosas que van volviendo a la normalidad. Espero que en no mucho tiempo todo todo vuelva a la normalidad y que podamos coger todo, si no es como lo dejamos, sí en un punto cercano. Últimamente estoy reflexionando mucho sobre el tema. Así que escribiré algo sobre ello.

Algo se muere en el alma

Tengo la sensación de haber perdido un amigo. Quizá algo más, no sé. Estoy muy triste por ello. No se ha ido para siempre, o eso creo, pero puede que ya no sea lo mismo, y no levanto cabeza. No sé si era mi mejor amigo, pero como si lo fuera, era mucho más que eso, estaba ahí siempre que lo necesitaba y yo también. Y ahora se fue. Y lo peor es que yo no puedo hacer nada. Y esa situación de impotencia es la que más me agobia. Me dijo un colega ayer que a mí me agobian demasiado las situaciones que no puedo controlar. Y tiene razón. Lo que no puedo controlar debería dejar de agobiarme, pero no puedo. Es un asco. Sólo espero el día en que mi amigo vuelva y poder darle un abrazo de oso como tanto me gustaba. Si me oyes de alguna manera. Te echo muchísimo de menos. Pero he de continuar con mi vida, y tú con la tuya.

Sensación incómoda

Me estoy agobiando. Estoy al borde de la depresión y de sufrir un ataque de ansiedad. Lo noto, y cuanto más lo noto, más me agobio. No quiero volver a las andadas, pero supongo que es el peaje que yo tengo que pagar por vivir. No estoy diciendo, como sí he hecho tantas veces, que quiera poner fin drásticamente a esta sensación de malestar, pero tampoco sé cómo vivir en felicidad. Las personas necesitan tener una motivación, necesitan encontrarse, saber quiénes son y tener algo en que creer para poder vivir. Yo no tengo eso, y a pesar de todo me estoy aferrando a la vida. Es decir, seguramente sí lo tenga pero no sé qué es, no me encuentro. Es una sensación muy incómoda.

Tristeza-Tranquilidad

El 19 de septiembre de 2010 no será una fecha más. El proyecto, ha finalizado con un balance, yo diría, que positivo. Espero poder concretar más proyectos en el futuro.

Living Madrid

Nunca me ha importado escribir en público, pero ahora me gustaría hablar, contar, llorar sobre todo lo que hay en mi cabeza y fluye a borbotones. Tengo mucha bronca, mucha ira, ¿odio? Quizá. Siento un sensación de injusticia total que puede brotar en rabia. estoy volviéndome loco y estoy muy vulnerable. Sé que en estas condiciones escribir algo público sería contraproducente, porque podría dejar salir de mí algo reprimido, o incluso algo que nunca existió. Pero me he sentido usado. Y lo peor, es que puede que sea mentira, pero así me siento en parte. Dejaré pasar el momento porque no quiero que la sinrazón domine mis pensamientos. Así que procuraré tranquilizarme.

Más allá de la amistad

Hoy parece un día más pero puede ser diferente. En sí este sábado ocurrieron cosas diferentes. Me dijeron cosas bonitas que me aumentaron el ánimo. Además me atreví a hacer algo que pensé que no sería capaz de hacer. Pero hoy se acaba el plazo de algo que he estado posponiendo. En realidad, supongo que todo se resolverá a lo largo de esta semana, pero hoy será el día que todo podría cambiar. Parece que nada será igual. Espero que todo termine más o menos bien. Aunque no sé qué significa eso. Porque a mí me gustaría que las cosas terminasen de una manera que no va a ser, pero tampoco quiero que terminen de la peor manera. Así que me tendré que conformar con lo que salga, no queda otra. Esta última semana he pensado mucho en ello, y no sé muy bien. Creo que hay que dar un giro, pero tampoco una vuelta completa. La verdad es que no creo en ello, pero se supone que es lo que toca. Así que hay que hacerlo. Supongo que contaré más sobre esto. Porque es algo muy importante y duro para mí.

Ayer lloré por ti

Ayer lloré por ti por tu recuerdo por lo que viví por lo que siento Sigo teniendo dignidad no lo hice por dar pena ni por que se compadezcan ni por que te convenzan Lo hice sin querer porque las lágrimas no se esperan porque salen sin avisar y no las puedes parar

Vi el amor sobrevolando en sus cabezas

Esta es la historia de un chico que quiso enamorarse. La triste historia de lo que nunca pudo llegar a ser. Les vi una vez y parecía que aquello nunca acabaría Y vi el amor sobrevolando en sus cabezas. Ella era hermosa, lista, amable y le quería. Él por ella todo en la vida le daría. Pero había algo que no estaba para nada en sintonía Ella a él parecía que no le amaba en armonía. Sí, le quería, pero no era el mismo tipo de amor No tenía explicación, pero qué lo tiene en esto Desgarrador hecho el que presencie aquel día Eran tal para cual y ella no lo quería Es la triste historia que de vez en cuando sucedía Todo a su favor menos lo que más importante sería

Peliculero

Me monto muchas películas. Eso no tiene por qué ser ni bueno ni malo, pero últimamente me impide cerrar capítulos de mi vida, capítulos que no quiero cerrar pero que me intentan convencer de que debo cerrar. Pero mi película, está montada y no sé cómo desmontarla. Supongo que el tiempo y la distancia y el ver que la película no sigue el guión que yo establecí me terminarán por convencer de que la realidad no se adapta a mis deseos. Aunque sigo sin saber por qué, sigo sin aceptarlo.

El hundimiento

Estoy hundido nuevamente. Por lo menos no estoy tomando pastillas. Las cosas, finalmente, no han salido. Voy a tener que abandonar. Me duele tener que hacerlo, pero tengo que abandonar. Y lo peor es que es en contra de mi voluntad, pero creo que es lo que toca. Ya me lo habían dicho varias veces que esta era la forma de actuar. Pero creo que me engaño a mí mismo con algo que me comentó un colega hace unas semanas. Cuando has hecho todo y ya te has exhibido y así no ha salido, hay que cambiar de táctica. Y a veces funciona la contraria, así que lo voy a hacer así. No tengo esperanzas de que surja nada de esto, pero está claro que por el camino que voy tampoco y, me han recomendado, que por este camino, por lo menos mejoraré en salud. No tengo ganas de nada y, además, me vuelvo a encontrar solo, aunque no lo esté. En una semana, todo habrá acabado tal y como lo fragüé.

Mi barco

Un día, te vendrás a mi barco de los que opinan que la vida no merece ser vivida que los momentos felices no compensan los disgustos y que lo peor está por llegar

Esperanza

Ya sé que no hay esperanzas, pero ¿si la esperanza es lo último que se pierde, cómo afrontar esta situación? Mi esperanza sólo es una, que en las palabras de la gente siempre haya verdad. Vale, sé que es una premisa un poco difícil de cumplir, pero hay veces que ocurre, sobre todo con la gente que no tiene necesidad de mentir y en un tema en el que no hace falta mentir. Pero tampoco sé si este tema es de esos. Si esta gente dice en este asunto la verdad, es posible que el tiempo modifique la visión de las cosas, y donde no hay nada, haya en un futuro. Eso es lo único que podría cambiar la situación. Y eso, no creo que ocurra. Esa es mi esperanza, pero, ¿merece la pena? Sólo si la esperanza fuera cierta merecería la pena. He ahí mi dilema.

Está lloviendo hoy, el cielo está gris

Empieza septiembre, por lo menos cuando escribí esto, y lo hace con lluvia. Es curioso, porque el cielo llora como me gustaría hacerlo a mí, pero yo no lo estoy haciendo, y no sé bien por qué. Siento tristeza, pena, desconsuelo. Sin duda es porque me falta algo y, lo peor, es que sé qué es. Es duro el no poder tener lo que quieres. Es duro el tener parte de lo que quieres. Pero es más duro perderlo. Y aún más los instantes en los que no sabes si lo has perdido y si no sabes realmente qué es lo que has perdido. Esa es mi sensación. Me gustaría avanzar estos días y que pasase medio mes de golpe. Últimamente la vida pasa aún más deprisa que de costumbre, pero aún así quiero que avance más para llegar no sé a dónde. Dentro de nada mi cabeza me empezará a dar más problemas. El otoño está a punto de llegar y, con él, los cambios de temperatura, el tiempo inestable y una alteración de no sé que sustancias químicas que me hacen polvo en primavera y otoño. Quizá sólo sea eso y nada más. Ojalá.

Como entender, como aceptar, que lo bueno siempre tiene un final

Ayer viví ese día que tanto temía. Son muchos meses pensando que esta vez sería la última y, de momento, así fue. Seguramente sea temporal y esto cambie, o no, y todo acabó, pero de verdad. Por ello siento una pequeña angustia. Aún así no estoy mal, ni necesito medicación ni nada. Supongo que es que tiene explicación y yo no tengo nada que ver, pero me he acostumbrado a lo que tenía y lo echo mucho en falta cuando no lo tengo. Es increible lo rutinario que soy, pero me acostumbro a la monotonía, sobre todo cuando es agradable. Y esta situación era muy agradable. De todas formas, como ya digo, desvarío un poco, porque ni siquiera sé si es el final. Es una simple obsesión, estoy tan obsesionado con que el final llegará que siempre pienso que ya ha llegado. Supongo que contaré más sobre si el final ya llegó o sólo ha sido una casualidad. Pero, y siguiendo con las canciones de las grandes divas del pop: Do you believe in life after love?

Prometo estarte agradecido

Todos tenemos algo que agredecer. Hace poco asistí a un acto de agradecimiento privado que me conmovió, porque reviví momentos muy tristes. Bueno, realmente yo tuve la suerte de no vivirlo, pero de recordarlo junto a las personas que lo vivieron ese momento. Por una parte sentí mucha pena por ese momento que vivieron y me sentí afortunado por no haberlo visto en primera persona. Pero por otra me desconsuela el que yo no hubiese podido hacer nada en aquel momento y ser yo también alguien a quien agradecer, y no por el hecho de que me agradezcan, sino por haber aportado mi granito de arena. Pero es mejor así. Es mejor que te agradezcan cosas vanales del día a día que el que te agradezcan por ayudas serias de verdad, porque eso quiere decir que te han necesitado. Ójala nadie me tenga que pedir nunca ayuda, sobre todo la gente que me preocupa de verdad, y que jamás me tengan que estar agradecido. Pero por desgracia, seguro que en alguna nos encontraremos, y espero estar acorde a las circun

Cosas que pasan

El lunes ocurrió lo que llevaba tres semanas esperando, pero no fue tan bonito como imaginaba. Por otra parte es normal. Ayer continuó y hoy, miércoles no hay ningún movimiento. Como siempre, sigo sin saber que hacer. Aunque como ya dije hace tiempo, supongo que tendré que hacer aquello en lo que creo. Así que si se me da la oportunidad, dejaré que las cosas sucedan sin más. Aunque creo que ya nada volverá a ser lo mismo, para bien o para mal.

La niña con un caparazón de tortuga

Una vez conocí una niña con un caparazón de tortuga. El caparazón se lo puso para que nadie viese lo que había debajo. Aunque de vez en cuando asomaba la cabecita, era asustadiza y siempre volvía a esconderse dentro de su caparazón. En su caparazón la niña estaba calentita, tranquila y a gusto. Tenía miedo a que, si no tenía el caparazón, los demás la viesen cómo es y que la rechazasen o, peor aún, que se aprovechasen de ella. Un día esa niña conoció a un principito. El principito era diferente al de los otros cuentos. Era tímido, muy poco valiente y muy peculiar, pero tenía un buen corazón. El principito le dijo a la niña que por qué tenía un caparazón. Y ella no le respondió. Al ver el caparazón, el principito pensó que quizá tenía algo que ocultar, o algo qué proteger, así que decidió superar sus miedos y ser más valiente para proteger a una niña que tenía un caparazón. A pesar de todo, ese caparazón le asustaba. La niña y el principito se hicieron muy amigos, y a medi

Salir de la enfermedad

Por qué llorar si para nada sirve lamentar es como conformarse el quejido no alivia el dolor y pensar, tampoco el sufrimiento conocí el pasado de la gente momentos dolorosos de impotencia de los que parecía que no se saldría pero al final todos salieron Pero sigue sin haber consuelo ni al saber que otros sufrieron ni al pensar que lo tuyo es menos ni al iniciar algún que otro remedio Al final todo se vuelve sereno la tormenta se aplaca y se puede notar la calma pero aún nos queda el recuerdo Recuerdo de lo que no tuvo que ser, pero fue de lo que se perdió por todo aquello sufrido de lo que se aprendió sin querer vivirlo del daño que hicieron a los que lo compartimos

Itxoiten

Paso las mañanas sentado el tiempo corre y no estás a mi lado miro alrededor y no apareces no sé que hacer para que no se repita Pero cada día es igual yo me quedo esperando pensando que quizá la última fue definitiva Aún así siempre apareces cada vez más distanciada cada vez más alejada Pero apareces Hasta que un día no lo hagas y quizá ese día sea hoy y tengo miedo a que eso suceda y tengo miedo a que ya no te vea Esperando un día más estoy Esperando a verte nuevamente Esperando impaciente para hablar contigo Esperando a contarte lo que siento contigo

Qué sabré yo del amor

Hace tiempo que perdí la inocencia Hace tiempo que perdí mi paciencia Hace tiempo que perdí mi salud Pero no me importaba porque estabas tú Hace tiempo que perdí la ambición Hace tiempo que perdí la pasión Hace tiempo que perdí mi virtud Pero no me importaba porque estabas tú Las cosas que no pasaron ya parece que nunca sucedarán Y eso me disgusta, me apena es una tristeza amplia que me queda y que parece que nunca se aplacará a menos que pueda conseguir lo que quiera Me gustaría tenerte entre mis brazos y que el tiempo allí se detuviera no pensar en nada más, sin pensar en futuros en nada de lo que vendrá y tampoco en lo que fue sólo vivir el ahora, descubrir lo nuevo aplastar los sueños y evadir lo cierto Sin embargo, no todo puede ser lo que yo siento no es compartido y eso me frustra y me aturde por qué los sentimientos no se comparten por que las sintonías no son las mismas por qué los momentos están distantes Pero qué es el amor que cuando estás agusto no se ve pero cuando estás

Un día normal

Hoy es un día normal, como otro cualquiera. Pero no es igual: me falta algo. Todo parece estar en su sitio, he venido a trabajar, he hecho mis cositas y he tenido mi actividad propia de mi puesto. No, no me estoy preguntando qué es lo que me falta, porque lo sé perfectamente. Son varios los meses en los que siempre he tenido la compañía que hoy me falta. No sé por qué me falta, aunque puedo intuirlo. Estamos en una recta final hacia algo nuevo, y supongo que por eso hoy es distinto. Es increible como hay cosas que puedes echar en falta de manera casi enfermiza. En sí no pasa nada, pero me había acostumbrado a la rutina y, cuando se trastoca, lo notas mucho. Soy una persona de costumbres fijas.

Enrique on my mind

A veces me gustaría ser Enrique Bunbury para escribir cosas sin sentido con mil interpretaciones y que encima sonasen bien. Bueno, supongo que esta virtud la tendrán muchos poetas y demás aficionados a la farlopa, pero Don Enrique es al que conozco. Yo no consumo farlopa, pero creo que puedo tener inspiración literaria. Aún así, hay veces que me cuesta crear, y no sé qué hacer. Quizá lo mejor es escribir sin más y plamar lo que sientes en cada momento.

Esto sólo le pasa a uno que yo conozco

Ayer me pasó algo que no me había sucedido nunca, algo que siempre le pasa a otros, y no sé cómo interpretarlo. Y ya me estoy comiendo la cabeza por ello. Pero tengo claro lo que voy a hacer. Estoy maduranado, simplemente. No voy a contar qué ha pasado para no dar pistas, pero bueno, supongo que es una buena oportunidad para olvidar.

¿Y si me largo?

Lo estoy pensando. Quizá este sea el mejor momento para largarme. Para abandonar la ciudad e irme a trabajar a un sitio con un idioma diferente. Lo voy a buscar, puede que no me decida a irme, pero a lo mejor lo haga. Sé que en un mes me querré volver, pero lo habré intentado. Primera búsqueda: Kuala Lumpur.

La pretemporada comienza

Ya empieza a moverse el tema del equipo de baloncesto, como siempre a última hora. Todavía nadie me ha dicho nada, tampoco hace falta. He visto las altas y las bajas y la verdad es que la baja importante sigue sin estar. El agente patógeno que me toca mucho la moral, pero, cada vez tiene menos apoyos. No sé. Si se me pidiera que fuera no sé qué haría. Lo peor de todo es que las dos personas que más me importan en el equipo me generan pensamientos contradictorias. Una no quiere que vaya, o le da igual. Y la otra no sé si irá. Así que no sé, es todo más difícil de lo que debería ser, y eso es lo que me hace plantearme realmente si quiero seguir jugando. Aunque lo único cierto es que es el único ejercicio que hago y me viene muy bien.

Escritor ocasional

Hay días en los que me apetece escribir, días como hoy. Pero no me salen bien las palabras, así que me siento un poco extraño. En esos días lo único que hago es ponerme frente al teclado y contar lo que se me va pasando por la cabeza, como esto mismo que estoy escribiendo. Últimamente me da la sensación de que hablo mucho de que escribo. Quizá se está convirtiendo en algo importante en mi vida o es que simplemente intento evadir otras preucopaciones a través de la escritura. Sea por lo que sea, lo único cierto es que cuando escribo tengo la sensación de que no estoy perdiendo el tiempo. Y quería dejar constancia de este hecho.

Como un cocedero

Cuando mi madre toma quimioterapia le provoca varios efectos secundarios, entre ellos dolores estomacales. Entonces mi madre dice que se le pone el estómago como un cocedero que no hace nada más que retumbar la tapa y salir vapor a borbotenes, como cuando se cuece el pulpo. Pues llevo dos días con el estómago así. Está totalmente hirviendo algo por ahí dentro y no sé qué es. Es increible cómo funciona el cuerpo y cómo responde a las cosas a su manera. Un mundo.

Seguro que todo sale bien

Dicen que la he vuelto a fastidiar por tomar una decisión equivocada. Puede ser. Es cierto que no estoy solo en el mundo y que tengo que pensar las consecuencias de lo que hago. Pero lo he hecho, y creo que este asunto va a salir bien. Es cierto que necesito cooperación y comprensión, pero no sé por qué de antemano se tiene que pensar que es una mala idea. Cada persona es diferente y tiene diferentes valores y formas de afrontar la vida. Yo creo que la situación en la que me he metido es compleja e, incluso, podría salir mal, pero ahí estaré yo para que no ocurra nada raro y pueda ser una bonita experiencia. No lo hago por fastidiar ni nada por el estilo, aunque he de reconocer que se me ha escapado un poquito de las manos. Pero bueno, no quiero darle más vueltas, que no me viene bien.

La amistad necesita cuidados

Llevaba unos días sin escribir, sin duda era por la falta de preocupaciones. Hoy he vuelto, esto es síntoma claro de que tengo que ordenar mis ideas. Y es que no escribo por escribir, escribo para encontrar algo. Supongo que ese algo es una respuesta, una solución a todo lo que pienso. Hace mucho tiempo - bueno, quizá no tanto - que quedó claro que no había que pensar, pero es difícil cambiar de forma de ser. Así que creo que pensaré y pensaré. Lo importante es no dejarte agobiar por los pensamientos. Hace unos días tuve una revelación. No hay que pensar raro, no encontré una inspiración divina. Simplemente una persona me dijo una cosa que me ha permitido atar una serie de cabos sueltos en los conflictos personales de mi vida. Y no sé qué hacer ni cómo tomármelo. Voy a intentar desarrollar lo acontecido: Una persona ha estado hablando mal sobre mí. Ha dicho cosas falsas sobre mi personalidad y ha exagerado algunas de mis conductas haciendo un pequeño defecto como el que puede tener cua

Luchar por un deseo

Estamos a punto de dejar la primavera. Bueno, todavía quedan unas semanas. Se supone que esta temporada es la peor del año para las cosas de la cabeza y, hasta el viernes, no recordaba una primavera tan feliz desde hacía años. Sin duda ha habido un argumento que ha hecho que esto sea así. Sin embargo, la felicidad no es plena, porque no se finaliza ese argumento. Ayer me di cuenta de lo difícil que es seguir adelante, aunque me gustaría saber por qué. Aún así, creo que me aferraré, total, sólo pierdo un poco más mi deteriorada salud mental. Tengo que luchar por lo que considero bueno y perder, pero si no lucho, como he dicho otras veces, me arrepentiré más aún de no haberlo hecho. No creo que necesite suerte, necesitaré carisma, poder de convinción y oratoria, pero, sobre todo, que haya algo ya, porque si no, me parece que es imposible.

Me estoy convirtiendo en un nini

Si no realmente, si en actitud frente a la vida. No me apetece hacer nada. Vago por el mundo de aquí para allá sin rumbo fijo y sin sabér qué quiero hacer conmigo mismo. Cualquiera podría pensar al verme que hago cosas que me gustan e, incluso, que hago lo que quiero. Pues no es así, simplemente hago lo que creo que en cada momento es mejor con el miedo al saber que mis decisiones tienen consecuencias para mí y para terceros, y eso agota anímicamente. Por eso creo que lo que más me gustaría es esta en un parque tumbado al sol sin nada que hacer ni decir. Vivir la vida sin más. Ya sé que el vivir la vida dista mucho de dejar pasar la vida sin más, pero es que creo que cuando no tienes ni argumentos ni fuerzas para vivir la vida como es debido, lo más cercano es dejarla pasar y aprovechar aquellas oportunidades que consideres interesantes en cada momento. Eso sí, una vida así te aisla de lo que se supone que es lo políticamente correcto hasta el punto de poder llevarte a la marginación y

Esperar algo a cambio

¿Siempre que haces algo esperas algo a cambio? No sé. Supongo que sí, o no. Yo hago cosas por gente, porque me satisface, no espero nada a cambio, nada material por supuesto, pero supongo que sí espero una retribución en afecto. Me gusta que la gente me quiera. Tal y como soy, con mis defectos, y con mis virtudes. Yo creo que tengo más que aportar que cosas que hacer sufrir. Tengo muchas faltas, sobre todo debido a mi apatía generalizada, pero tengo muy buen fondo con todo el mundo y me gusta que la gente sea similar. No sé, al final yo creo que todo el mundo busca algo, material, los menos, o emocional, los más, a la hora de tomarse las relaciones con los demás. Lo importante es hacerlo sinceramente.

Conversaciones que complican

Esta mañana he tenido una conversación con una persona. En principio iba a hablar de mis problemas y al final terminamos hablando de los suyos, no me parece mal, salvo por la sensación que me ha dejado de que le he destrozado la vida. A veces me pregunto si hablar con la gente no me perjudica. Yo quiero hablar y sacar lo que tengo para sacar conclusiones, para compartir experiencias y para escuchar otros puntos de vista. Me considero bastante objetivo y siempre creo que hay veces que hay matices que no he visto en la primera pasada. Esto no quiere decir que una vez hablado, cambie de opinión siempre, a veces incluso me da más argumentos a mi teoría inicial. Pero el caso es que a veces después de hablar me siento mal, y eso no sé cómo llevarlo. Quizá debería dejar de hablar con la gente, pero es que me gusta compartir lo que me pasa por la cabeza. Si un pensamiento de cualquier persona, no es compartido, es un poco como si no existiera. O esa es en principio mi opinión. Me da la sensaci

Cuando hablo sube el pan

Últimamente me he dado cuenta de que utilizo este y otros medios para que la gente sepa lo que no me atrevo a decir a la cara. Esto es un problema. Sobre todo porque no digo las cosas porque me cueste encarar a la gente, sino porque sé que este no es el mejor momento para decir esas cosas y no puedo esperar. Menuda metedura de pata que me parece que he cometido últimamente. ¿Por qué no podré cerrar mi bocaza a tiempo? No sé, espero que no haya hecho algo irremediable pero es que me han perdido las formas. Sé que reconociendo el error no voy a resolver el problema, pero por lo menos espero darme cuenta de que eso es así y no volver a repetirlo.

La morriña

Me he tirado una semana en Budapest. Cuando estás tan lejos un tiempo a mí me suceden una serie de cosas que no sé si le pasan a todo el mundo. Cuando estoy tres o cuatro días en el sitio, me empiezo a encontrar triste y tengo ganas de volver a casa. Es raro, porque muchas veces estoy con gente que quiero estar y con los que me lo paso bien, pero no estoy en casa. Es una sensación extraña. Además, últimamente hay cosas que echo mucho de menos cuando no las tengo. Cosas y personas. Sobre todo personas. En fin, no se puede tener todo en la vida.

La frustración de las victorias pírricas

Realmente sí sé lo que quiero pero no puedo tenerlo Esa es mi verdadera angustia y mi única pena en vida El tenerlo tan cerca y a mi alcance y al mismo tiempo tan lejos e intocable Frustración: Esa es la palabra que refleja mis sentimientos Y es que creo que no puedo hacer nada pero siempre me queda la duda de si realmente sí por qué no luchar por algo que creo que merece la pena La respuesta no es fácil del todo Luchar implica combatir, y en los combates siempre se pierde y ya no es lo que pierdes tú, que eso podría ser lo de menos sino lo que haces perder a los demás, y eso sí que no me lo perdonaría.

Intento Poético

He creado un nuevo blog llamado Intento Poético . No es nada del otro mundo, y gran parte de lo que publico allí ya lo he publicado aquí. Sólo intento poner cosillas más poéticas y menos prosaicas sin ninguna pretensión. Si alguien puede y quiere pasarse ahí está.

En la cuerda floja

Se dice que la esperanza es lo último que se pierde. Lo que no se dice es cuando perderla y cuando conservarla. Ahora tengo pensamientos de este estilo debido a una serie de acontecimientos que he vivido últimamente. He creído vivir tal y como siempre lo he soñado pero, como tantas otras veces, me he dado de bruces con la realidad, pero esta vez es diferente. No sé qué habrá detrás de esta sensación, quizá nada, o quizás todo. Ahí está mi incertidumbre. Lo único que tengo claro es que debo aprovechar el momento para intentar ser lo más feliz posible.

Obsesión

El tiempo debe pasar y tengo que asumir lo que me ha pasado esta semana con calma. No es la primera vez que me precipito en mis conclusiones y luego me arrepiento, creo que esta vez será igual, o eso espero. Decía la canción, como entender, cómo aceptar, que lo bueno siempre tiene un final. Y es que es así, y además el final nunca es el deseado, siempre suele ser un final precipitado y absurdo y contrario a lo que esperabas. Esta es la situación. Pero ¿qué ha acabado? Nada. Esa es la conclusión a la que he llegado, por mucho que piense qué me ha pasado esta semana no sé lo que ha pasado. Y lo mejor que puedo hacer es ni siquiera pensarlo. Las cosas ya están claras, es lo que hay, no hay que pensar en el "y si". No hay "y si". Todo es más sencillo, hay que actuar con normalidad. Esto que es muy fácil de decir es muy difícil de hacer, pero tengo la solución, sólo tengo que aplicarla. Y la mejor forma de aplicarla es no hacer nada, vivir mi vida y, simplemente, dejarme

Alegría - Miedo

14 de septiembre de 2010 no será una fecha más. Simplemente dejo constancia de ello. ¿Será el último artículo que escriba? No debería serlo, pero, al final, ha salido el proyecto y estoy feliz, pero ahora hay que desarrollarlo, y tengo miedo.

Tristeza

Tengo dentro de mí un sentimiento al que no puedo poner nombre. No sé explicarlo, no sé qué me pasa exactamente. Tengo la sensación de que algo le pasa a alguien y no me lo quiere decir. Pero tampoco quiero ser pesado, más cuando pueden ser paranoias mías. Supongo que la solución está en mí, en tranquilizarme, o hablar, pero no sé. Son esos pequeños detalles que te hacen estar en el umbral entre la infelicidad y la felicidad. Simplemente, supongo que es tristeza.

Viaje a Budapest

Los últimos días me lo he pasado bastante bien. He estado de vacaciones, aunque casi he llegado más cansado de lo que me fui. He hecho cosas interesantes, he trasnochado, he visitado monumentos y hablado, bebido y comido y casi todo lo que se puede pedir a unas vacaciones. La verdad es que ha estado muy bien. También ha habido momentos conflictivos y algo desagradables, pero han sido superados con creces por los momentos agradables. Así que prefiero hablar de estos últimos porque para qué hablar de otra cosa. El lunes pasado cogimos el avión con retraso a Budapest, donde llegamos y tomamos unas bebidas para irnos después a la cama. El día siguiente era de paseito pero sin forzar. Paseamos por el Parlamento Húngaro y fuimos a una placia donde hay un monumento dedicado a los soldados soviéticos eslavos que murieron para liberar Hungría del régimen de los Flechas Cruzadas. Allí paramos a tomar unas limonadas y unas cervezas. Después continuamos por la orilla del río hasta que llegamos a u

Uno ya no tiene una edad

Hacía mucho tiempo que no me sentía así, somnoliento en la oficina. Esta noche no ha sido una buena noche, y ayer no fue una buena tarde. Por lo tanto hoy es una mañana de mucho cansancio acumulado. Es increible como se produce un agotamiento físico a través del mental. Lo cierto es que me encuentro mejor, tengo algún pinchacito en la cabeza y la espalda, sigo teniendo molestias en la garganta y me cuesta respirar. Además hay que juntarle el hecho de que tengo la espalda hecha cisco, pero creo que se pasará. No se si ha sido algo que me ha sentado mal, el aire acondicionado y que me pongo nervioso por el futuro cercano que me espera lleno de viajes y, por qué no decirlo, de complicaciones. Me estaré haciendo mayor.

La Soledad III

He llegado a la conclusión de que me siento solo, de que tengo que hacer algo para superarlo y que no estoy solo físicamente, sino anímicamente. Pero la pregunta es ¿por qué quiero estar acompañado? Bueno, un poco ya lo he explicado en el pasado, pero la razón es que me gustaría compartir mi vida. Ahora bien ¿necesito estar acompañado? Esa pregunta es más difícil de responder, y tras muchas vueltas he llegado a la conclusión de que no. No lo necesito, no es una necesidad imperiosa. Puedo tomarme mi tiempo y elegir bien. Bueno, quizá ya haya encontrado con quién compartir mi vida pero no haya salido bien por alguna razón que se me escapa. Pero por ello no tengo ni que tirar mi vida ni pensar que se ha acabado todo. No sé. Ayer, por ejemplo me sentí acompañado. Fue una sensación muy bonita. Además sentí la compañía porque cuando dejé de estar acompañado, físicamente, me entró una profunda tristeza y, ¿qué es la compañía más que eso? El sentirse agusto cuando la tienes y triste cuando no.

Hace tiempo que perdí el miedo a quererte

Sé lo que piensas aunque tú no lo sepas Intentas engañar a tu propia cordura crees que haces daño por ser como eres pero yo solo te quiero sin más con locura Y es que hace tiempo que perdí el miedo a quererte por las mañanas me levanto pensando en ti por las tarde recuerdo las conversaciones contigo por las noches lloro tu ausencia Cada día que no te veo es el más triste de mi vida y cada instante contigo dura siempre demasiado poco Me gustaría que esta sensación no acabara nunca Y que lo que nos ha unido sea bendecido por siempre

La temporada de baloncesto

Por estas épocas se solían planificar equipos de baloncesto, pero nadie me ha llamado. Y la verdad es que tampoco tengo muchas ganas de meterme en un equipo. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que este año me apuntara tras las malas experiencias del pasado. Además, en los últimos tiempos han ocurrido cosas que me han hecho replantearme ciertos aspectos de mi vida. He aprendido a saber más o menos a quién debo contentar y a quién no. Eso no quiere decir que no me siga equivocando, pero creo que ahora voy por buen camino. Pero nunca se sabe. Me dejo querer en vez de ser yo el que se entrega. Creo que es una buena postura y espero que me traiga algo de felicidad.

El sufrimiento compartido

Ahora me doy cuenta de lo que es importante. A mí me va todo bien, salvo lo de siempre. Pero mis amigos suspenden, se quedan sin curro, se ponen enfermos, les timan, discuten con sus mejores amigos o se les mueren sus mascotes. Entonces, te das cuenta de lo que de verdad importa. Siempre hablo de lo que sufro yo y nunca de lo que me hacen sufrir. Y es cierto, la tristeza de los míos es casi tan dura o más que la mía. Sobre todo cuando no quieren o no pueden hablar de ello. Si tenéis problemas, habladme, de verdad, que yo os ayudaré en lo que pueda. Sé que muchas veces soy deprimente y autodestructivo, pero hay poca gente tan divertida como yo. Suena preportente, lo soy, y además, en este caso, es verdad. Sé que mi humor no es entendido por todo el mundo, pero la gente que me quiere, la gente a quien quiero, sí lo entiende. Últimamente he encontrado muchos motivos para seguir adelante. Y cómo me decían todos, sin buscarlo. A mí me gustaría que fuese mejor, pero es lo que hay. Aunque no

Quiero no pensar

Me he dado cuenta de que en los momentos en los que me encuentro peor parece que son los mejores momentos para escribir. La verdad es que no sé si estoy bien o mal. He estado un tiempo sin pensar, con otras preocupaciones más serias quizá, viviendo reveses en mi vida, situaciones complejas y momentos duros en mi entorno, y entonces he dejado a un lado mis pensamientos. Pero mis pensamientos vuelven a brotar, y me doy cuenta que cuando hago eso me encuentro mal. Empiezo a pensar lo que piensa la gente, lo que pienso yo, hacia donde va mi vida y, y, pues, todo eso, no me viene bien, pero parece que no puedo o no quiero evitarlo. Es algo asqueroso, pero es lo que hay. Quiero no pensar.

Proyectos de inversión

Hoy podría ser un día alegre para mí. Estoy echo un lío, o no, o no sé. No sé si tengo las cosas claras, si confundo o lo tengo demasiado claro. A eso me refiero cuando digo que estoy hecho un lío. Últimamente estoy seguro de que mis relaciones con los humanos, con algunos en concreto, se han vuelto más profundas y sinceras, pero no sé que hay detrás de aquello. A veces pienso que confundo los deseos con las realidades, y no sólo en lo que respecta a la relación de los demás conmigo, también en lo que respecta a mi relación con los demás. Se podría decir que a veces quieres tener un deseo de una manera tan fuerte que inconscientemente te induces ese deseo hasta el punto de no saber si ese sentimiento es real o es inducido. Hay quien dirá que tampoco hay mucha diferencia, pero hasta ese apartado no lo tengo claro. Pero ¿Cómo explicar el estado en el que en estos momentos estoy involucrado? Es difícil. Últimamente estoy dándole unas pequeñas vueltas a un asunto, se trata de un proyecto i