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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Llegó la hora de la verdad

Esto se publicará en el último momento del año. Aunque realmente todavía queda mucho. Este fin de semana me he decidido a, si tengo posibilidad, comunicarle algo a alguien importante para mí. Si no puedo este fin de semana, porque no tenga opciones o porque no se de la ocasión, espero que no se prolongue mucho. Tengo tres días, espero ver a quien le tengo que dejar las cosas claras. Porque está claro que si no está el interlocutor a quien le tienes que decir las cosas es difícil decirlo, pero espero que nos veamos y que se presente una oportunidad, unos minutos en los que podamos hablar de manera tranquila porque es muy importante para mí. Quizá después de esta conversación no resuelva el asunto que pretendo resolver, pero tengo claro que si no lo intento resolver, por su cuenta no se va a hacer. Llegó la hora de la verdad. Lo que sí que tengo claro es que jamás me arrepentiré de lo que ocurra en este fin de semana (en cuanto a este asunto se refiere claro está, a lo mejor mato a un go

Muros de hormigón

Se confirma. Tengo que volver a acudir a un especialista e iniciar de nuevo el tratamiento. La verdad es que la primera vez lo pasé peor. Ahora estoy en un periodo en el que realmente pienso que tampoco sería tan duro pasar el resto de la vida teniendo que estar medicado para vivir agusto. Si lo pienso bien, la época en la que estuve medicado, sobre todo la última época, antes de dejarlo, estuve bastante bien. Aunque si hago una revisión al blog tuve bastantes malos rollos. Esto enlaza con algo que escribí hace algún tiempo que decía que la memoria es selectiva e intentamos borrar los malos momentos porque no interesa. Hoy he empezado el tratamiento, y espero a que un día de estos me den hora para el especialista. Una semana estaré a medio gas y la semana que viene entraré a saco en el mundo de la psicodelia. Cuando me lo dijeron ayer agarré gran bronca, pero también es inútil luchar con la serotonina a base de dar puñetazos a los muros de hormigón. De hecho podría ser un tema de un gr

Un gesto mío y una palabra tuya me harían conocer la felicidad

El otro día tiré dos meses de desintoxicación a la basura. Supongo que es el otoño, aunque primeramente se lo achaqué a una situación de nerviosismo. Todo empezó el viernes cuando me dieron una mala noticia. Me preocupé, al día siguiente vi las consecuencias de esa noticia y me entristecí un poco, aunque mejoré al ver que no había sido para tanto. Me encolericé un poco al saber ciertas cosas y me puse nervioso al pensar cómo mi vida pudo cambiar. Entonces, cuando mejor estaba, me tuve que ir y me puse más y más nervioso. Decidí quedarme más, porque es lo que quería, pero la reacción nerviosa no tenía vuelta atrás. Al día siguiente estuve fatal, hacía mucho que no lo pasaba tan mal. No levantaba cabeza. Tuve que tomar drogas menores para intentar levantar pero no pude. El lunes tuve que tomar media pirula de las gordas. Había recaído. Por la tarde estuve mejor, claro, efectos de la pastilla. Pero me dio ánimos para interesarme por algo que tenía que hacer y quería hacer y lo hice. Creo

De la libertad de elección

A veces tienes que elegir. Está claro que en la medida en la que tus decisiones afecten a terceras personas, nunca tomarás la elección que beneficie a todos. Esto creo que ocurre en todos los ámbitos. Yo recuerdo que cuando estaba en la Universidad estudiábamos mucho esto. Se podría decir que al final sólo estudiaba esto, la toma de decisiones y sus consecuencias. Esta claro que al final las personas toman las decisiones que más creen que le van a convenir y no lo que va a convenir a otros. Frecuentemente me he encontrado con situaciones en las que tengo que elegir entre dos opciones que dan resultados poco satisfactorio. Ya lo he comentado alguna vez, es difícil decidir cuando tienes dos opciones que te van a repercutir un beneficio que desconoces, pero más cuando sabes que ambas van a tener un coste que desconoces. Tengo un colega que tiene amigos de juerga, es decir, un grupo de personas con las que se lo pasa genial, aunque sabe que no son su gente de verdad, con las que querría

Las anécdotas sobre los hombros

Hacía mucho que no contaba una anécdota y ya va siendo hora. Lo que pasa es que no se me ocurre ninguna buena. Recuerdo un tiempo en el que contar anécdotas sobre los colegas o sobre mi mismo era muy apreciado entre mi público. Nos sentamos en torno a alguna bebida asquerosa en corro y empezábamos a comentar lo acontecido en tiempos pretéritos con gracejo y buen humor. Ahora ya sólo cuanto la anécdota de cuando se me salió el hombro 13 de veces después de una patada jugando al fútbol en la que no me pude apoyar con la mano y estrellé mi cara contra el suelo. O cuando se me salió el hombro estornudando. O cuando se me salió el hombro jugando al baloncesto. O cuando se me salió el hombro estando nadando en la piscina. Y aquella vez que se me salió un hombro desperezándome en la cama y, del gesto de dolor se me salió el otro hombro teniendo los dos hombros fuera de su sitio y casi perdiendo el conocimiento del dolor. Momentos muy divertidos sí. No sé, a lo mejor debería contar más detalla

Malos tiempos para HFC

Últimamente estoy escribiendo aquí lo que no escribo en HFC. La verdad es que lo que escribo aquí no es lo mismo que lo que escribiría allí, pero creo que lo importante es escribir. Lo bueno que tenía aquello es que había una serie de "suscriptores" que leían el cotarro, aunque siempre eran los mismos, y aquí lo leen muchos menos pero de vez en cuando gente anónima te hace un comentario, que eso mola. A ver, si quiero escribir algo que lea mucha gente tengo medios para hacerlo, es una de las pocas cosas que he conseguido en la vida, pero lo que no he conseguido es que la gente lea lo que yo quiero escribir en cada momento. Supongo que para eso tienes que ser Antonio Gala o alguien así. Aunque a veces dudo que los grandes éxitos editoriales sean lo que realmente quiere escribir el autor. No sé, es una pregunta un poco absurda. A veces me gustaría ser como Santiago Carrillo que sale por la tele o la radio diciendo sus cosas sin importarle las consecuencias porque ya está de vue

Ayer me compré la Ilíada

En efecto, fui a la Casa del Libro y de repente me acordé que la tengo en la lista de mi libros para leer y lo busqué. No estaba muy mal de precio, aunque me parece un poco caro que un libro que no tiene derechos de autor cueste tanto, seguro que es por el tema del prólogo. Lo compré porque en su día me leí unos capítulos de la Odisea y me pareció bastante interesante, además la temática siempre es agradable y quiero conocer un poco más de la Edad Heróica y profundizar en la época Micénica. De un tiempo a esta parte estoy más interesado por el mundo clásico en general y griego en partícular. Hay periodos de la historia que me van pareciendo interesantes: Las dos guerras mundiales, los movimientos nacionalistas del siglo XIX en Europa, la formación de los Estados Medievales tras la caída del Imperio Romano de Occidente, El siglo XX, las economías socialistas, Yugoslavia. Y ahora me he interesado por Roma, sobre todo a partir de la Guerra Civil entre Julio y Pompeyo y la caída del Senado